Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón (1860)

(…) La España es un compuesto de diversas nacionalidades. Hoy son provincias lo que, hace pocos siglos aún, eran reinos y naciones. Quien estudie sólo la historia de Aragón, sabrá la de Aragón únicamente y no la de Castilla, como quien estudie sólo la de Castilla, no sabrá la de Aragón ni la de Navarra (…)

Si bien la España, por su posición geográfica señalada y por sus límites patentes, parece incontestablemente destinada a contener un pueblo único, reunido en cuerpo en la nación; en cambio, la diversidad de origen, de constitución, de idioma, de usos y costumbres de las que hoy son provincias del Estado y hace poco tiempo formaban reinos independientes, parece poder indicar que debe existir un pueblo único, sí, unido, pero confederado bajo esta o aquella forma de gobierno, que esto poco hace al caso, aunque siempre contraria a la centralización, que es la muerte política de España.

Este carácter especial, esta marcada fisonomía de las provincias, que no han olvidado ni pueden olvidar que han sido un día naciones, este por algunos mal llamado provincialismo, siendo así que es un patriotismo de buena ley, patriotismo de patria, de nación, de historia, esto, digo, se echa de ver a cada paso en las relaciones políticas de las actuales provincias con el poder central de Madrid. (…)

No es ciertamente la historia de Cataluña la de una sola comarca, la de una sola provincia, la de un solo pueblo, sino la de todo un país, la de toda una nación, la de toda una monarquía, monarquía tan influyente como respetada, tan respetada como poderosa, tan poderosa como grande.

No forman esta historia cierto número limitado de memorias fugitivas, cierto grupo de aisladas tradiciones recogidas junto al hogar, cierto núcleo de peregrinos cantos y romances inspirados al arpa popular de errantes trovadores; sino que la forma una reunión de soberanos con sus dinastías, sus conquistas, sus empresas y sus tratados de paz, de guerra o de alianza; la forma una serie no interrumpida de grandes sucesos, de grandes glorias, de grandes empresas; la forman, en pocas palabras, unas crónicas aparte de las generales de España, un sistema de gobierno peculiar, una constitución adecuada a sus costumbres, usos e industria, un idioma con todas las condiciones de tal, unos anales como no los tiene más ricos ni más brillantes ningún país, y una historia de libertad constitucional, como no la tiene mejor la misma Inglaterra que pasa por ser el templo de la libertad constitucional en Europa.

BALAGUER, Víctor: Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón. Escrita para darla a conocer al pueblo recordándole los grandes hechos de sus ascendientes en virtud, patriotismo y armas, y para difundir entre todas las clases el amor al país y a la memoria de sus glorias pasadas, Librería de Salvador Manero, Barcelona, 1860. Extraído de GUERRA SESMA, Daniel [Edit]: El pensamiento territorial del siglo XIX español, Athenaica, Sevilla, 2018.