El descanso nocturno es el momento más importante del día, en el que el cuerpo se recupera del desgaste acumulado. Sin embargo, un estudio de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), publicado en la revista European Hearth Journal, detalla que no solo es importante dormir las horas adecuadas, sino que también lo es el momento escogido para ir a la cama. ESC ha llegado a la conclusión de que empezar el descanso entre las 22.00 y las 23.00 horas horas se asocia con una menor predisposición a sufrir enfermedades del corazón.
Para llegar a esta conclusión, la ESC contó con la colaboración de 86.025 personada incluidas en el Biobank del Reino Unido, reclutadas entre 2006 y 2010. De ellas, el 58% eran mujeres, la edad media era de 61 años y se tuvieron en cuenta sus hábitos de vida. A todos ellos se les entregó una pulsera que registró a qué hora se iban a dormir y a cuál se despertaban. A continuación, se les realizó un seguimiento para determinar el riesgo de desallorar enfermedades del corazón según sus rutinas de sueño. Tras una monitorización de 5,7 años, 3.172 participantes (3.6%) presentaron este tipo de patologías, con una mayor incidencia entre aquellos que se iban a dormir, o muy tarde, o muy temprano, en comparación con los que lo hacían entre las 22.00 y las 23.00 horas.
Luz matinal, reinicio del cuerpo
A partir de estos datos, la ESC ha llegado a la conclusión científica de que aquellos que van a dormir a partir de medianoche presentan un 25% más de riesgo de presentar patologías del corazón, que es de un 12% para los que van a descansar entre las 23.00 y las 00.00 horas. Por su parte, aquellos que se van a la cama antes de las 22.00 horas presentan un 24% más de predisposición. El estudio también constató que las mujeres tienen más riesgo coronario si se van a dormir más tarde de las 23.00 horas, mientras que los hombres que se van a la cama antes de las 22.00 horas también deben revisar sus hábitos circadianos por el mismo motivo. Los investigadores no observaron asociaciones claras para explicar estas causalidades.
El doctor David Plans, autor del estudio, ha explicado que el hallazgo realizado constata que el mejor momento para ir a dormir “es en un punto concreto en medio de ciclo corporal de 24 horas”. De esta forma, “cualquier desviación por defecto o por exceso, puede ser perjudicial, especialmente para los que se van a dormir a partir de medianoche, porque reduce la posibilidad de ver la luz matinal, encargada de resetear el reloj corporal”.