'Homenot' Franz Kafka

'Homenot' Franz Kafka FARRUQO

Letras

Kafka, una panorámica

El centenario de la muerte del escritor checo, que se celebra este 2024, permite encontrar en su legado artístico, una suerte de Escrituras modernas, la representación más fidedigna del hombre como una criatura que ha perdido su lugar en el universo. 

15 enero, 2024 19:00

“Cuando se conoce el verdadero tema de Kafka, su intención, su sustancia, su tormento privado, su nexo con el mundo, su malogro, su duda, su autotortura, su hipocondría, su fracaso, su enfermedad, su muerte: el poder, su obra se despliega ante el observador y se abre hasta cobrar una nitidez como ninguna otra de nuestra época”. Elias Canetti resumía así la importancia de la obra de Franz Kafka en un siglo que había sufrido la forma más extrema y terrible de poder. Volver ahora a él, con la excusa del centenario de su muerte, supone una oportunidad para seguir confrontándonos con su inmenso legado, algo así como nuestras Escrituras modernas, la representación más exhaustiva del hombre como criatura que ha perdido su lugar en el universo. 

En una época en que el ser humano se ve a sí mismo como un Dios capaz de alcanzar la inmortalidad tecnológica, Kafka nos restaura el sentido de la humildad y de la desconfianza ante la propia fuerza. En un mundo que está conociendo un proceso de infantilización en todos los niveles, el autor de El proceso nos presenta un reverso tremendamente adulto, aunque visto con un sentido del humor único, desesperado y disolvente. Su lectura, en ese sentido, constituye siempre una experiencia de purificación, puesto que suspende todas las evasiones que suelen asociarse con la literatura. La cuchilla de su prosa no deja ninguna de las adherencias superfluas y ornamentales propias de la imaginación, descubriéndonos al mismo tiempo la hondura de la misma. Su compulsión narrativa exige por otra parte una atención que ya ha desaparecido y que por ello nos desafía y nos avergüenza ante nuestra dispersión. 

'Cartas 1900-1914'

'Cartas 1900-1914' GALAXIA GUTENBERG

Empieza el año Kafka y Europa se dispone a celebrarlo con multitud de iniciativas. En septiembre habrá en Oxford una conferencia internacional, además de una exposición en la Biblioteca Bodleiana, que conserva buena parte de sus manuscritos. En mayo, la Universidad de Barcelona acogerá el Congreso Internacional de la Sociedad Goethe, que estudiará la influencia de Kafka. Y habrá exposiciones y festivales, conferencias y conciertos en Praga, en Múnich y en buena parte del mundo germánico. En España se anuncian numerosas reediciones y nuevas traducciones, aunque la edición más importante sigue siendo la que lleva veinticinco años en marcha, las Obras completas (Galaxia-Gutenberg) dirigidas por Jordi Llovet y editadas por Ignacio Echevarría, con traducciones inmejorables de Miguel Sáenz, Juan José del Solar o Adan Kovacsiscs. El proyecto aún no ha terminado y pronto saldrá el volumen V, con la correspondencia que va de los años 1914 a 1920. Y aún faltará otro tomo de cartas.

Uno de los problemas que tiene el periodismo cultural de este país es que a menudo trata con la misma rutina cualquier reedición de un clásico, sin que apenas se repare en su particularidad, dándolo a beneficio de inventario. La tiranía de la novedad y la inercia de la rueda publicitaria eclipsan con frecuencia una labor mucho más relevante y perdurable que el relumbrón de turno. Es exactamente lo que ha ocurrido con esta magna edición de Kafka. Hasta donde se me alcanza, aún no se ha dado verdadera cuenta crítica de la riqueza que han aportado esas obras completas, en muchos aspectos superiores a las ediciones originales de Fischer.

Manuscrito de Franz Kafka de la Biblioteca de Oxford

Manuscrito de Franz Kafka de la Biblioteca de Oxford BIBLIOTECA BODLEIANA

Desde la anotación a la disposición y fijación de los textos, los estudios de Hannah Arendt –su deslumbrante lectura del checo en 1944, a los veinte años de su muerte– o de Llovet –la mejor introducción que se ha escrito sobre Kafka– y el trabajo incansable, minucioso y casi anónimo de Echevarría, il miglior fabbro (di un mestiere scomparso, añadamos), todo hace de estos volúmenes una de las aportaciones más civilizadas que se han conocido en España en lo que va de siglo. Kafka está ahí dispuesto para el goce y la investigación de varias generaciones. Debolsillo ha recogido además esas ediciones en un estuche a un precio más popular. 

Al mismo tiempo, tenemos la suerte de contar en español con la traducción de la gran biografía que Reiner Stach hizo sobre el escritor, publicada por Acantilado en dos volúmenes. Stach invirtió dieciocho años en recrear la vida y la época de Kafka, demostrando no solo rigor y astucia como historiador sino también arrojo y lucidez a la hora de comentar su obra. Se podría decir por tanto que nunca un lector español había estado tan arropado para emprender una lectura seria y constante de uno de los autores esenciales de nuestro tiempo.

La biografía de Kafka de Reiner Stach

La biografía de Kafka de Reiner Stach ACANTILADO

Hay dos citas tópicas de Kafka que sin embargo siguen siendo exactas en lo que a su trascendencia se refiere. Como le confió él mismo a Gustave Janouch, su literatura no es tanto un espejo de la realidad como un reloj que adelanta. Pero esa dimensión profética no tiene que ver con episodios históricos concretos sino con el problema humano. La automatización de las relaciones y los afectos, el proceso de alienación fruto de un absoluto control de los cuerpos por parte del poder, la lucha agónica e inútil que ello implica, la aparición de una nueva forma de muerte y por tanto de vergüenza ante la propia humanidad o el alumbramiento de una esperanza que ya no es para nosotros son cuestiones que desde hace un siglo no han hecho más que agravarse hasta enseñorearse del mundo. 

Ante ello tenemos la obra de Kafka, que de hecho puede considerarse un único libro, un Testamento secularizado, que dramatiza la ruptura de una vieja alianza y que nos permite averiguarnos sin subterfugios ni excusas. La segunda cita tópica es aquella en la que Kafka, en una carta de 1904 a su amigo Oskar Pollak, exigió que un libro fuera siempre “como un hacha para clavarla en el mar congelado que hay dentro de nosotros”. Y eso es justamente lo que él consigue con su obra, tanto en sus novelas como en sus narraciones, sus diarios, sus aforismos o sus cartas.

Aforismos

Aforismos DEBOLSILLO

Cada uno de los géneros que cultivó, además, constituye un particular desafío imaginativo. Sus tres novelas conforman la apropiación del imaginario decimonónico, al que de pronto se le imprime una nueva velocidad cinematográfica y una especie de desapego que denota una desconfianza ante lo que antes fue una fe en la humanidad pero sin perder al mismo tiempo la caridad. Sus narraciones, en cambio, se acercan más a la dimensión mitológica pero sin que sea posible arrancar de ellas un significado estable, metáfora a su vez de una falta de sentido que representan sin salirse de la tradición sapiencial. Sus aforismos, por otra parte, conforman algo así como el destilado teórico de su mundo narrativo. Como cuenta muy bien Stach, Kafka tuvo en su juventud veleidades filosóficas y decidió renunciar a ellas a favor de la literatura. Los aforismos son tanto la constatación de esa renuncia como el residuo de su capacidad especulativa, que a menudo alcanza grados de complejidad obsesionantes, los restos que quedaron fuera del lecho de Procusto de su ficción.

Probablemente aún esté pendiente la justa valoración crítica de lo que significan los diarios y las cartas de Kafka. Su correspondencia no ha conocido una edición definitiva hasta hace muy poco. Y eso implica que en el fondo la estamos descubriendo ahora, al menos en su totalidad y con la pertinente asociación al resto de su obra. Pero ya se intuye que ahí nos espera el relato infinito de otro gran asunto kafkiano como es el divorcio entre vida y escritura, el forcejeo entre una y otra, como la lucha que en su narrativa siempre libran los hombres con las mujeres. Como vio Canetti, El proceso surgió del drama de su compromiso frustrado con Felice Bauer. En muchos aspectos, por tanto, Kafka está aún por descubrir. Nunca, sobre todo, deberíamos darlo por sabido. 

Los dibujos de Franz Kafka

Los dibujos de Franz Kafka GALAXIA GUTENBERG