'El filósofo y sus alumnos', de  / Willem van der Vliet

'El filósofo y sus alumnos', de / Willem van der Vliet NATIONAL TRUST OF SCOTLAND

Ideas

Somos lo que aprendemos

Los seres humanos encarnamos a exploradores que, a partir de un mínimo de conocimientos, formulamos preguntas nuevas. Para aprender de forma incesante debemos identificar antes dónde residen nuestras dificultades

20 febrero, 2024 15:54

Hace un par de siglos, el poeta inglés Coleridge planteó que el medio para lograr distraerse en un espectáculo o en una lectura era aceptar entrar en el juego que se les propone a espectadores o a los lectores (también hoy a los participantes en un videojuego). Esto supone lo que en estudios literarios se llama el pacto de ficción o la voluntaria suspensión de la incredulidad. Es un acuerdo implícito con el autor a quien atendemos: dejarnos llevar por la lógica interna del relato que se nos ofrece.

A menudo se habla supersticiosamente de la cultura de cambio y se desatiende el decisivo factor humano, así como la igual dignidad de todos y cada uno de los seres humanos. En contra lo que una propaganda populista repite de forma machacona, no es posible que cualquiera alcance la genialidad y pueda llegar a ser un genio. Ni falta que hace. Pero todos podemos hacer cosas interesantes. Nadie sobra en esta labor de vivir en sociedad. Y nos lo hemos de creer para avanzar juntos de veras.

Vayámonos al año 1575, cuando el médico Juan Huarte de San Juan publicó en la ciudad jienense de Baeza su célebre Examen de ingenios para las ciencias; fue traducido al francés y al italiano antes de que muriera su autor, y al latín y al inglés tras su fallecimiento. Esta obra está considerada como precursora de la psicología diferencial, establecida en el siglo XX, que estudia las diferencias de inteligencia y de personalidad entre individuos. El docto teólogo agustino Fray Lorenzo de Villavicencio, consejero de Felipe II, aprobó este libro en los siguientes términos:

'Examen de los ingenios para las ciencias' de Huarte de San Juan

'Examen de los ingenios para las ciencias' de Huarte de San Juan

“He visto este libro, y su doctrina toda es católica, sin cosa que sea contraria a la fe de nuestra madre la Santa Iglesia de Roma. Sin esto, es doctrina de grande y nuevo ingenio, fundada y sacada de la mejor filosofía que pueda enseñarse. Toca algunos lugares de Escritura muy grave y eruditamente declarados. Su principal argumento es tan necesario de considerar de todos los padres de familia, que si siguiesen lo que este libro advierte, la Iglesia, la república y las familias tendrían singulares ministros y sujetos importantísimos. Esto me parece, salvo mejor juicio”.

El Rey refrendó el dictamen y firmó la licencia de publicación del libro. Sin embargo, esto no acabaría siendo suficiente, pues un comisario del Santo Oficio lo llegó a denunciar como ofensivo y logró que fuese colocado en el Índice de Libros Prohibidos.

Destacaré aquí una propuesta contenida en la obra de Huarte de San Juan, me parece magnífica: “Mejorar la sociedad seleccionando la instrucción adecuada a cada persona según las aptitudes físicas e intelectuales derivadas de la constitución física y neurológica específicas de cada uno”. Esta es la cuestión: abrir las puertas a lo mejor para todos e integrar, sin despreciar a nadie en absoluto, las distintas capacidades de cada ser humano, tanto en tendencias y habilidades como en memoria. Es un horizonte al que tender, y no es una quimera. Como dijera el escritor uruguayo Eduardo Galeano, la utopía está en el horizonte y sirve para caminar.

'Patas Arriba'

'Patas Arriba' SIGLO XXI EDITORES

Sabiendo que siempre aportamos algo alrededor nuestro, lo queramos o no, se trata de potenciar nuestras capacidades de memoria, entendimiento y voluntad e ir superando dificultades y hacer que, a pesar de nuestras limitaciones, nuestros esfuerzos sean más eficaces y transformadores. En esta tarea cabe aprender a cuestionarse los hábitos que seguimos, de modo que adquiramos una mayor confianza en nuestras posibilidades y sintamos dentro de nosotros el sólido poder del pensamiento bien trabado, intensificador de la vida, y nos demos margen para aprender más allá de la productividad y de la utilidad inmediata. Hay una extraña relación entre el talento para innovar y el conocimiento con apariencia inútil.

Leo Invitación al aprendizaje (Ediciones B), de Eduardo Sáenz de Cabezón, profesor de Geometría Algebraica de la Universidad de La Rioja y presentador del programa de divulgación científica en televisión Órbita Laika), que trata del placer de aprender durante toda la vida y de las ganas de aprender de cualquier cosa. Se pregunta Sáenz por los protagonistas del cuento de los tres cerditos, opina que serían los dos hermanos pequeños, porque son los únicos a los que les es posible aprender algo en esta historia de supervivencia: a no ser descuidados y holgazanes, pues construyeron las casitas de paja y de ramas, materiales que no resistieron los soplidos del lobo feroz, y cambiar el modo de hacer. A fin de cuentas: “Somos lo que aprendemos y los intentos por conseguirlo”, conviene alimentarse bien.

Los seres humanos, reitera el profesor Sáenz de Cabezón, somos exploradores innatos que, a partir de un mínimo de conocimientos y mediante conexiones, podemos generar intereses y preguntas nuevas. Para asimilar, hay que aprender incesantemente a leer, releer y preguntar con habilidad y curiosidad. Hay que esmerarse en el arte de comprender e identificar dónde residen nuestras dificultades. Por esto importa afanarse en extraer la estructura de un escrito y distinguir lo básico de lo accesorio. Hay que urdir una red de saberes, símbolos y conceptos, y estar dispuestos a una revisión continua. Todos, sin excepción, estamos llamados a ganar capacidad de atención, confianza, rigor y flexibilidad. A entrar en un círculo virtuoso, una dinámica positiva que combata la ignorancia y la ansiedad. Se requiere una práctica constante de aprender. Dedicados al estudio continuo, nunca dejamos de ser estudiantes, cada vez más experimentados y ejercitados en la duda metódica. Desde hace años, en el Centro Cultural de la Ciencia de Buenos Aires hay una muestra permanente cada fin de semana con el nombre Lugar a Dudas. Dudas para captar ambigüedades o dificultades.

'Invitación al aprendizaje'

'Invitación al aprendizaje' EDICIONES B

Aborda Sáenz de Cabezón la necesidad de sentirse a gusto en clase y el beneficio que produce que los estudiantes puedan sentir a su profesor comprometido con ellos y con su aprendizaje. Cabe matizar que se precisa un mínimo de interés, de respeto y de competencia, también idiomática; algo que, desgraciadamente, no es posible en numerosos centros educativos. En cualquier caso, el ejercicio de la alegría, la bondad, la paciencia y el optimismo son estímulos que hay que aprovechar cuando se tiene oficio y se desea lo mejor para los estudiantes que tenemos enfrente. Pase lo que pase, hay que buscar desbloquear el miedo a errar y a reconocer los propios fallos, para lo cual se precisa un firme rechazo a ridiculizar, escarnecer o reñir de forma gratuita a nadie.

Merece particular atención destacar la importancia del sueño y del descanso para poder aprender, y del fruto que tiene un pensamiento disperso que planifica y renueva nuestra energía mental. O el valor que llega a tener pasear, pensando en las musarañas o cotejando ideas. ¿Qué presencia alcanzamos a tener de las mejores obras de Cervantes, Shakespeare, Velázquez, Picasso, Bach o Akira Kurosawa, por ejemplo, en qué medida están vivos en nuestra existencia?

En la comedia de Calderón de la Barca No siempre lo peor es cierto, un tipo le dice a una dama: “Temo que en cualquier suceso siempre es cierto lo peor”, a lo que ella le replica: “Pues yo, en mi inocencia, espero que ha de haber suceso en que no siempre lo peor es cierto”. Esta es la síntesis de mi esperanza, a pesar de los pesares.