Georges Simenon (1965)

Georges Simenon (1965)

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Simenon: tercer intento

Acantilado y Anagrama unen sus fuerzas para reeditar a Simenon, pero puede ser un esfuerzo poco gratificante porque no parece que haya nuevos lectores para sus antiguas novelas

17 noviembre, 2021 00:00

Georges Simenon (Lieja, Bélgica, 1903 – Lausana, Suiza, 1989) fue un escritor que gozó de una gran popularidad en España durante las décadas de los años 50, 60 y 70. Era de esos autores que leían tus padres --como Agatha Christie o P.G. Wodehouse-- y de los que, tal vez por eso, tú te mantenías prudentemente alejado (mi tía Pilar, cuando venía de Madrid a pasar unos días con su hermano en Barcelona, siempre aparecía con un Christie y un Simenon). Un buen día, el hombre pasó al olvido y dejó prácticamente de leerse en nuestro país. Así fue hasta principios de los años 90, cuando Tusquets Editores acometió la titánica tarea de reeditar sus obras completas. Fue entonces cuando, superados los estúpidos prejuicios generacionales, me enganché a Simenon de una manera obsesiva. Y como el ritmo de publicación de Tusquets se me antojaba demasiado lento, empecé a comprar sus libros en francés y en las antiguas ediciones de Luis de Caralt que encontraba en las librerías de lance.

El flujo de la reedición se acabó agotando por falta de ventas: era como si los viejos lectores de Simenon se hubiesen muerto y no hubieran sido reemplazados por los nuevos. Finalmente, Tusquets se rindió: la propia Beatriz de Moura me reconoció que las novelas de nuestro hombre --tanto las aventuras del comisario Maigret, que se despachaba en una semana, como las ficciones llamadas “psicológicas”, a las que dedicaba dos-- no se vendían, por lo que había llegado la hora de bajar la persiana (algo parecido le sucedió a Jorge Herralde cuando se lanzó a reeditar al hilarante P.G. Wodehouse).

Tras la rendición de Tusquets, fue el difunto Jaume Vallcorba Plana, al frente de la editorial Acantilado, quien recogió el guante y se puso a republicar a Simenon…Hasta que también se rindió, ya que las ventas no eran las deseadas (en el ínterin, yo ya me había hecho con unos 200 títulos de mi nuevo héroe literario). Ahora se acaba de poner en marcha un nuevo intento (el tercero) de conseguir nuevos lectores para el gran Simenon. Para ello han unido fuerzas Acantilado y Anagrama. Me encantaría creer que esta vez se va a lograr la proeza de devolver al autor belga al lugar que le corresponde, pero tengo mis dudas. Entre otros motivos, porque se está repitiendo el mismo error ya cometido por Acantilado en su momento: volver a publicar libros ya editados (y escasamente vendidos) por Tusquets. Intentar volver a venderle al seguidor tardío de Simenon (gente como yo mismo), el que se enganchó a su magia narrativa gracias a Beatriz de Moura, novelas que ya compró a finales del siglo pasado no me parece la mejor manera de darle una alegría. Por no hablar de la maniobra de retraducción, a veces justificada y a veces no (reconozco que me revienta que hayan vuelto a traducir El fondo de la botella, pues ya lo hice yo mismo para Tusquets no hace tanto tiempo con todo mi amor): el que no compró la primera versión en español de un libro, difícilmente adquirirá la segunda.

Me temo que tanto Simenon como Wodehouse constituyen sendas batallas perdidas en el actual panorama editorial español. Ojalá me equivoque, pero hasta la aparentemente eterna Agatha Christie está sufriendo el desinterés de las nuevas generaciones. Les ha sucedido lo mismo a autores más recientes, a gente que lo petaba no hace tanto y ahora no parece interesar a nadie: ¿quién lee en la actualidad, por poner unos pocos ejemplos, a Tom Sharpe, Charles Bukowski, Patricia Highsmith o Raymond Carver?

Aplaudamos, pues, la noble iniciativa conjunta de Anagrama y Acantilado, pero me temo que esa publicación en España de las obras completas de Georges Simenon que anunció la gran Beatriz de Moura a principios de los 90 no va a culminarse con éxito jamás. Lo dicho: ojalá me equivoque.