Las mejores curiosidades del cine de Martin Scorsese

Con ochenta películas y casi una veintena de galardones a sus espaldas, el director y productor estadounidense Martin Scorsese es el ganador del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018. Un reconocimiento que no ha pillado por sorpresa a nadie, pues se trata de una de las figuras más célebres e influyentes de su generación, a la que también pertenecen Steven Spielberg, George Lucas o Brian De Palma.

Otros nombres de la industria como Francis Ford Coppola, Michael Haneke, Vittorio Gassman o el español Luis García Berlanga han recibido también dicha distinción, pero ninguno ha contribuido al campo del entretenimiento como Scorsese, cuyo cine guarda todavía grandes secretos.

Pasión por la cultura italo-estadounidense

Entre los títulos de mayor éxito del director se encuentran El cabo del miedo, Casino, El aviador o La edad de la inocencia. Sin embargo, el éxito catapultó su carrera gracias al clásico Taxi Driver, protagonizado por uno de sus actores fetiche, Robert de Niro, y una jovencísima Jodie Foster. Durante el rodaje, esta tenía solo 12 años e interpretaba a una prostituta. Un papel que le obligó a acudir a terapia y a estar siempre acompañada de un trabajador social. Quien también se tomó muy en serio su trabajo fue De Niro, que trabajó como taxista para preparar el personaje.

Robert De Niro y Martin Scorsese en el rodaje de Taxi Drive / STEVE SCHAPIRO

Robert De Niro y Martin Scorsese en el rodaje de Taxi Driver / STEVE SCHAPIRO

Después de Taxi Driver llegó Uno de los nuestros, donde Scorsese volvió a demostrar su pasión por la cultura italo-estadounidense. Para dotar de autenticidad a la trama, algunos mafiosos reales fueron contratados como extras. Un realismo que también estuvo presente en la escena en la que Jimmy, personaje encarnado por Robert De Niro, reparte dinero. El actor quiso usar 5.000 dólares auténticos, que después fueron devueltos a su propietario.

En plena forma

Aunque para algunos cinéfilos las mejores películas de Scorsese datan de la década de los 80, también son muchos los éxitos de taquilla cosechados en los últimos años. Uno de ellos es, sin duda, El lobo de Wall Street. Con la ayuda de Leonardo DiCarpio, el director narra las memorias de Jordan Belfort, un hombre plagado de excesos. Para recrear las escenas en las que consumen cocaína, esta fue sustituida por vitamina B, que además aportaba energía a los actores para continuar con el rodaje. Un impulso similar al que necesitó Margot Robbie en su primera escena desnuda, en la que recurrió a tres chupitos de tequila.

Robbie, DiCaprio y Scorsese en el rodaje de El lobo de Wall Street / UNIVERSAL PICTURES

Robbie, DiCaprio y Scorsese en el rodaje de El lobo de Wall Street / UNIVERSAL PICTURES

Un ritmo de rodaje totalmente opuesto al de la última cinta del director: Silencio. Para preparar la adaptación de la novela de Shusaku Endo, el reparto protagonista acudió a un retiro espiritual en una casa jesuita en Gales del Norte. Ninguno de los presentes pudo hablar durante siete días.