Por el camino del cementerio

El escritor inglés Mick Herron (Newcastle upon Tyne, 1963), de profesión sus thrillers y sus historias de espías (editados en España por Salamandra) goza de una particular bonanza televisiva. Las andanzas de esos inútiles del MI6 conocidos como los caballos lentos hace tiempo que tienen su propia serie (Slow horses, protagonizada por Gary Oldman), y ahora llega la adaptación de otra de sus novelas, Down Cemetery Road (2003), que aquí (Apple TV, ocho episodios) se titula El misterio de Cemetery Road e incide en la mezcla de thriller y comedia que distingue a los caballos lentos. Una mezcla nada fácil y que a veces te lleva a preguntarte si, en el caso de El misterio de Cemetery Road, no hubiese sido mejor inclinarse por uno u otro género.

La acción transcurre en Oxford y se inicia con la explosión (¿o voladura?) de una casa: fallece una mujer y desaparece su hija de corta edad. Sarah Trafford (Ruth Wilson, la inolvidable psicópata de Luther) está en plena cena con unos insoportables amigos de su marido banquero cuando le estallan todos los cristales de su casa.

Emma Thompson en 'El misterio de Cemetery Road'

Como cree haberse cruzado con la difunta y su hija (luego descubrirá que se confundió de víctimas, pero para entonces ya se habrá liado la troca), convierte en una misión personal averiguar qué ha sido de la niña. A tal efecto, contrata a un detective local que no tarda mucho en aparecer muerto.

Peculiar pareja de detectives

Momento en el que unirá esfuerzos con su viuda y socia, Zoe Boehm (Emma Thompson) para intentar desentrañar todos los enigmas que se les plantean a ambas. Y acabarán descubriendo que hay una conspiración gubernamental de largo alcance para encubrir un tremendo clusterfuck del que no les puedo revelar nada por no incurrir en el spoiler.

El misterio de Cemetery Road avanza a un ritmo trepidante, siempre entre la tragedia y la comedia. Cuesta un poco acostumbrarse a semejante mestizaje, pero se acaba logrando, incrementándose así el disfrute de la serie.

En cuanto a la interpretación, la cosa se reduce a un espléndido mano a mano entre Wilson y Thompson, que componen una muy peculiar pareja de detectives: Sarah se lo toma todo a la tremenda (y no le faltan motivos, ya que entre chiste y chiste los muertos empiezan a acumularse) y Zoe opta constantemente por la ironía y el sarcasmo ante el tremendo marrón en el que se han metido.

Emma Thompson, en 'El misterio de Cemetery Road'

El trabajo de ambas es excelente y justifica por sí solo el visionado de Down Cemetery Road, pero la intriga está especialmente bien urdida y sabe cómo mantener el interés del espectador. La acción transcurre, prácticamente, en un Oxford paralelo al real, donde sus habitantes se limitan a trabajar, ir a la universidad o dedicarse tranquilamente a sus cosas.

Extraño fatalismo

Solo quienes están en el ajo han sido capaces de detectar esa monstruosa maniobra del gobierno británico para ocultar unos hechos que no lo dejan en muy buen lugar. Maniobra a la que Sarah y Zoe reaccionan cada una a su manera; Sarah (una depresiva con un par de intentos de suicidio a la espalda), con ultra dramatismo; Zoe, con el extraño fatalismo de alguien que no confía mucho en la especie humana.

La química entre ambas funciona a la perfección y ayuda considerablemente a tirar la serie adelante. Una intriga lograda y los bellos paisajes de Oxford hacen el resto, consiguiendo que El misterio de Cemetery Road se convierta en una experiencia audiovisual muy agradable. El tono es ligeramente excéntrico, sí, pero aporta una novedad interesante a las historias conspiranoicas y al mundo siniestro de los gobiernos y sus trapisondas criminales.

Hay otras tres novelas protagonizadas por Zoe Boehm. En la segunda y tercera entrega de la serie, Sarah Trafford (Tucker en las novelas) ni esta ni se la espera, pero reaparece en la cuarta cuando se pone a investigar el asesinato de su amiga Zoe. Espero que cuenten también con su preceptiva miniserie.