
Imagen de 'Philomena Cunk'
El mundo de Philomena Cunk
Philomena Cunk es un personaje creado por Charlie Brooker que pregunta cosas ridículas o extrañas a expertos de verdad que han accedido a formar parte de un show particular sobre las grandes preguntas existenciales
El mockumentary (falso documental audiovisual) es un invento colosal y de una comicidad insuperable. A quien lo dude, le recomiendo que vea los de Christopher Guest, dedicados habitualmente a los colectivos más ridículos de la sociedad estadounidense: las compañías de teatro de aficionados (Waiting for Guffman), los entusiastas de los concursos caninos (Best in show), lo más rancio del mundo del folk (A mighty wind) o los actores inútilmente empeñados en ganar un Oscar (For your consideration).
En Gran Bretaña, los mejores mockumentaries son los protagonizados por una periodista de investigación de una torpeza y una estupidez inverosímiles que atiende por Philomena Cunk (Diane Morgan) y reside en Netflix, donde está colgada su primera y única temporada (cinco episodios) y donde se acaba de estrenar su primer largometraje (espero que haya más), Cunk on earth (La Tierra según Philomena Cunk), 71 hilarantes minutos en los que nuestra querida investigadora se muestra más inútil e irritante que nunca al intentar explicarnos, a su manera, el sentido de la vida.

Imagen de Philomena Cunk
Philomena Cunk es un personaje creado por Charlie Brooker, al que conocemos principalmente por su estupenda e inquietante serie Black mirror, una antología de horrores distópicos en los que se cuela subrepticiamente un sentido del humor francamente retorcido. Con la inefable Philomena, Brooker ha optado directamente por el humor más salvaje posible, enviando a su personaje (una mujer imposible que no sabe nada de nada y cuyos referentes son su ex novio Sean, su amigo Paul y su tía Carol, tres lumbreras de cuidado, como se deduce de las perlas de sabiduría que cita de ellos, siempre sin venir a cuento) a indagar en las cuestiones más profundas de la existencia con diversos especialistas, profesores, eruditos y demás gente de postín intelectual.
Los especialistas se apuntan
La gracia de la cosa es que esos intelectuales a los que Philomena tortura con sus preguntas idiotas (a destacar la de si el zurullo humano acaba en punta motu proprio o le damos forma nosotros con el ano) y sus teorías desquiciadas sobre todo (que nadie le ha pedido) no son actores, sino auténticos especialistas en sus respectivas materias.
El señor Brooker los contacta, les explica de qué va la cosa y, mientras unos lo envían al carajo, otros se apuntan al jolgorio, en una actitud francamente british que resulta muy de agradecer. Su misión consiste en dejarse entrevistar por la indocumentada de Philomena y responder a sus necedades (en la línea del primer Broncano) de la mejor manera que puedan.

Imagen de Philomena Cunk
También hay sitio para actores de verdad, evidentemente. Como el técnico de sonido al que Philomena empuja al suicidio con sus deprimentes comentarios sobre la falta de sentido de su oficio o el condenado a muerte al que entrevista y al que hace grabar un breve video de Tik Tok promocionando su programa justo antes de que lo frían en la silla eléctrica.
Todo se la sopla
La Tierra según Philomena Cunk es una versión unipersonal de la película de los Monty Python The meaning of life en la que Philomena va abordando los grandes temas de la existencia humana a su desquiciada manera (las bromas sobre Dios y la religión son particularmente salvajes y afortunadas).
Y hay que destacar la interpretación de Diane Morgan, a la que la personalidad desquiciada, irreverente y locoide de Philomena Cunk le encaja como un guante. Lo que más me gusta de Philomena es que hace su trabajo sin el menor entusiasmo y sin el menor respeto hacia los sabios a los que ha recurrido, en teoría, para que la iluminen a ella y, de rebote, a su público. Es evidente que todo se la sopla y nadie entiende cómo un canal de televisión ha podido ponerla al frente de un espacio supuestamente didáctico y humanista.
Otro hallazgo del producto es que Philomena no es únicamente estúpida, pues en sus constantes gansadas se cuelan con frecuencia comentarios de una lucidez admirable. Philomena es eso que los franceses definen como idiot savant, y es esa perspectiva de idiota sabio la que hace especialmente brillante su largometraje, destinado en principio a explicarnos de manera amena y didáctica nuestra evolución como seres humanos desde los orígenes (magnífica mueca de asco cuando Adán se agacha para recoger la manzana que se le ha caído a Eva y le planta el trasero en toda la cara).
Me disculpo por adelantado con aquellos de ustedes a los que Philomena Cunk no les haga maldita la gracia, pero soy de los que no puede contener su entusiasmo (y propagarlo) cuando algo le hace pasar un buen rato.