Netflix tiene entre su amplio catálogo el nombre de la serie más vista de la temporada y que no deja indiferente a ningún espectador que se anime a ver este juego macabro. Es El juego del calamar, la serie surcoreana que más está dando que hablar este otoño y que reúne a partes iguales tanto a fieles incondicionales como a críticos con lo que sus escenas (un tanto cruentas) muestran a través de la pequeña pantalla.
Una trama creada por Hwang Dong-hyuk y donde a través de juegos infantiles como excusa o telón de fondo pone sobre la mesa una profunda reflexión de los límites del ser humano en una sociedad capitalista donde no faltan conceptos como son la pobreza, la desigualdad o la crisis económica.
El argumento
Ya en los primeros capítulos de esta macabra producción se muestra a los más de 450 protagonistas de la serie. Se trata de personas desconocidas que tienen en común su pertenencia a grupos de población en riesgo de exclusión y con graves problemas económicos. Todos ellos de manera voluntaria deciden participar en una competición de lo más violenta para demostrar quién se debe llevar el premio final basándose para ello en lo que al principio parecen juegos y pruebas sacadas de su infancia.
Lo dramático llega cuando los perdedores son ejecutados a sangre fría por un grupo de enmascarados que rodean a estos participantes. Es entonces cuando aparece una disyuntiva para estos: si todos se ponen de acuerdo y deciden abandonar el juego, nadie morirá... pero tampoco nadie podrá hacerse con el suculento botín y saldar sus deudas económicas. Una decisión complicada que lleva a más de uno a tomar caminos un tanto extremos.
Las curiosidades de la serie
Detrás de esta intrigante trama se esconden toda una larga lista de curiosidades, no aptas para aquellos que todavía no hayan visto ni un minuto de El juego del calamar. Es el caso, por ejemplo, del dinero final que forma parte de ese premio al que aspiran los integrantes de ese juego y que estos desconocen cuando deciden tomar parte de esta competición. Una cifra que supera los 45.600 millones de wones.
Cuando estos candidatos a millonarios (si se hacen con ese importante premio final) deciden participar en El juego del calamar reciben una tarjeta con un número de teléfono al que deben llamar para confirmar si finalmente entran dentro del juego o no. Lo llamativo en este caso es que el número de teléfono que se puede ver en estas escenas era real; lo que hizo que miles de seguidores de la serie se aventuraran a llamar para desesperación de la verdadera (y real) dueña de esa línea telefónica a la que no le paraba de sonar su móvil.
La inquietante muñeca
Si hay una imagen que estos días se repite para hacer alusión a esta serie, esa es sin duda la gigante muñeca que aparece durante el primer juego titulado Luz Verde, Luz Roja. Una pieza articulada que hará las delicias de los verdaderos fanáticos de la serie al descubrir que pueden incluso verla más allá de la pequeña pantalla.
Esta recreación forma parte del catálogo del museo de carruajes Macha Land y al descubrirla, los responsables de la serie pidieron permiso para trasladarla desde esta sede cultural (ubicada en la localidad de Jincheon Country a unas tres horas de la capital de Corea del Sur) hasta el lugar donde tenía lugar el rodaje de la exitosa serie.
Los guardianes
A simple vista, puede que estos insectos no tengan mucho que ver en la trama, pero sí con los símbolos que los guardas llevan impresos en sus máscaras. Ellos son los que se encargan de vigilar y dirigir a los competidores y todo bajo el anonimato que da el no poder ver sus rostros ni su identidad. Además, estas personas no pueden cometer errores, ya que su vida también está en juego y viven en una especie de prisión.
Lo único que se sabe de ellos son esas formas caprichosas que obedecen a la jerarquía que llevan las hormigas en el reino animal. Así pues, trasladado a la serie, aquellos que llevan el círculo están al final de la cadena y cumplen con las labores básicas. Por delante de ellos están los de la marca triangular que son los soldados armados y amenazan y mantienen a los participantes en el juego. Por último, se encuentran los del cuadrado en lo más alto de esa jerarquía y actúan como jefes de los otros dos rangos.
Cambio de nombre a última hora
Quizá pocos lo sabrán, pero esta producción en un primer momento no se iba a llamar El juego del calamar. El nombre escogido en un principio era Round 6 en una clara alusión a las seis pruebas que los participantes de esta competición deben ir superando. Sin embargo, un cambio de última hora hizo que no llevase ese nombre.
En su lugar se optó por el nombre de un juego infantil que era muy popular en los años 70 en Corea del Sur. Tanto es así que hasta el propio director de la aclamada serie ha reconocido que él cuando era niño también se entretenía con este tipo de pasatiempos.