Najwa Nimri regresa por todo lo alto. Después de lanzar un disco en 2020, Viene de largo, y de que la pandemia la obligara a suspender toda una gira por Latinoamérica, aprovechó el confinamiento para adelantar un proyecto que venía cociendo desde hace tiempo, Ama, y cuyo avance es Muñequita linda.
Con una estética muy del estilo de David Lynch, la artista multidisciplinar ha contado con la participación de Ester Expósito frente a la cámara y la productora Canadá en la producción. Ellas son la compañía para esta nueva aventura que va a acabar en una serie que ella misma está creando y de la que da pocas pistas.
Desenfado
Pionera de la música electrónica en este país, se siente fascinada por la evolución de la música y por la sociedad actual sin juzgar entre buenos y malos. Eso sí, defiende que los jóvenes y todos deben volver al Renacimiento y hacer todo lo que a uno le venga en gana, con descaro.
Ella sigue sus propios consejos y no le va nada mal en su carrera. Triunfa a nivel nacional e internacional con su música y con series como Vis a vis y La casa de papel y, ahora, se mete en un reality algo especial. No en vano su mejor amigo la llama mocatriz: modelo, cantante y actriz.
--Pregunta: ¿Cuál es el concepto del vídeo de Muñequita linda?
--Respuesta: Es la base de lo que será una serie a futuro.
--¿Una serie como tal o en relación al disco?
--Es un proyecto que iremos desvelando poco a poco. Es un trabajo en conjunto que acabamos aunando. Era un proyecto que mi socio y yo veníamos trabajando hace muchos años y mi discográfica y mi mánager, así como Canadá, se acabaron metiendo. Por eso el vídeo se estrena en Filmin. Todavía no sabemos exactamente por dónde lo vamos a sacar pero tiene que ver con un concepto más grande.
--¿Entonces participas de este guion?
--Sí, sí, estamos escribiendo desde hace tiempo. Yo detrás de una cámara jamás me pondré pero escribir, escribimos.
--Las primeras imágenes son algo creepies. ¿Tendrá esa línea la serie?
--No. Tendrá una línea convencional que puedes seguir. Muñequita linda es un videoclip que hace referencia a algunas cosas. No estamos viendo un capítulo. Esto es un videoclip que sabemos que se puede permitir lo que queramos, luego nos moveremos en un terreno de cosas más ficcionadas y fantásticas, pero será una serie para todos los públicos, con sus diálogos y sus tramas.
--¿Con estética lynchiana?
--¡Uuuh! Ahí le estás dando un poco.
--¿Qué sale primero, el disco o la serie?
--El disco sale cuando ya estábamos muy avanzados con el proyecto. Hablábamos de un mundo musical antiguo ligado al mundo musical de ahora y todo se alineó en el mismo sitio.
--Hablabas en su día de que Ama tenía algo de bolero
--Son boleros, sí, pero yo no sabía que lo eran. Empecé a cantar canciones que me cantaba mi madre cuando yo era pequeña. Empecé a grabarlas en Garage band, las mandaba en pandemia, las producían, las corregíamos y así, hasta que un día pregunté, ”¿esto qué es?”, y me dijeron que era un bolero (ríe). Pues estoy cansando boleros y no lo sabía.
--Pero tú siempre has hecho música electrónica.
--Bueno, es que los ritmos siguen siendo electrónicos. Salen de una computadora y no tiene nada que ver con un bolero.
--Tú fuiste de las pioneras en hacer música electrónica y en inglés en este país, ¿cómo ves la evolución en este sector?
--Hay gente potentísima. El último álbum, Viene de largo, lo hice en tecno, con Architectural, un chico el sello de Mulero, que es un máquina y que tiene un proyecto musical que me apasiona. Pero me dijeron que eso no lo iba escuchar ni el Tato, entonces lo pasé a down tempo, lo que llamamos trap. Pero hay gente que no es tan conocida por el gran público ni en el punto de mira pero que hacen música electrónica apabullante. Yo veo que la evolución continúa. Otra cosa es el electro-pop y cosas por el estilo, pero yo soy consumidora de techno y hay gente muy potente.
--¿Cuándo iniciaste esta relación con la música?
--Mi relación con la música electrónica y hecha con computadoras se remonta a hace 200.000 años. Ahora cuando me viene o escucho algo que tienen una base un poco más dance, con un bombo a negras, digo, “vale, ok, qué me estás contando”.
--Cosa que ya pasaba antes.
--Es que ya lo había antes. Mi hijo me descubre canciones en TikTok que alucino de que crea que nacen allí. Los chavales se creen que las canciones de hace 200.000 años nacieron en TikTok. Descubren allí cosas antiguas. Alucino con que gente de 12 a 16 años descubran canciones antiguas como si fueran salidas de TikTok.
--¿Eso es bueno o malo?
--Yo nunca veo las cosas como buenas o malas, literalmente es lo que está pasando. Me planteo que es una realidad y no lo juzgo. No lo veo de ninguna manera, es lo que está pasando (ríe). Es como cuando te preguntan sobre cómo vives la pandemia, ¿cómo lo voy a ver? Es lo que está pasando. Es una realidad apabullante. Como yo lo vea es lo de menos. Nunca me pongo en contra de lo que sucede siempre voy a favor.
--Ya que mencionas la pandemia, ¿te ha afectado?
--Sí, hombre, claro. Nosotros paramos toda la gira latinoamericana de golpe y porrazo. Me comí el disco con patatas. ¡Ras! Me lo tragué. Pero seguí haciendo música, porque no podía hacer nada más en casa, y salió este disco. Me activaron, empecé a rodar y ya tenía parte del disco avanzado porque durante 24 horas al día pude hacer eso. Avanzamos muchísimo una idea porque a distancia Josh [Tampico] y yo estábamos trabajando.
--Al menos ha servido como inspiración.
--Con la música puedes seguir creando. Es más jodido si es tu única fuente de ingresos porque, si no puedes girar y tu economía se fundamenta en eso...
--¿Cómo vio la gestión a nivel musical y de conciertos?
--Lo que yo creo que va a suceder es que, más allá de que no van a ser de la misma manera, estoy convencida de que los aforos van a ser reducidos y mucho más controlados --que es parte de las medidas de control que nos vamos a tener que comer sí o sí--, la gente va a tener muchas más ganas de directo, más ganas que en la vida. De cine no lo sé, porque con Netflix y el resto de las plataformas estará más jodido, pero los espectáculos en vivo, como el teatro y los conciertos, acabarán saliendo refortalecidos.
--Habla de medidas de control, ¿se siente molesta con ellas?
--Todo el mundo está haciendo lo que puede, y al hacer lo que puede muchas veces lo haces mal. Me pongo en el lugar de la gente que ha estado gestionando lo que sucedía y pienso: “No hay manera de hacerlo bien”. Realmente ha sido un golpe en toda la cara. ¿Cómo se hace bien? No tengo idea. A poder ser con empatía y sin robar, siendo medianamente honrado. Mientras no haya mucha gente sacando mucho rédito a esto, que lo dudo, me daría con un canto en los dientes. Pero soy capaz de entender que la cuerda estaba muy tirante y hacerlo bien estaba muy complicado.
--¿Y va a salir de concierto con el nuevo disco?
--Ya veremos. Yo voy a intentar lo máximo posible para girar cuando las medidas sean menos restrictivas.
--¿Es muy difícil compaginarlo con el resto de compromisos profesionales?
--Bueno, lo hago trabajando básicamente 24/7.
--Eso también es positivo, se supone. Más cuando en este sector se denuncia que las mujeres pasados los 40 no encuentran papeles y pierden visibilidad. ¿Te sientes una excepción?
--¿Sabes qué pasa? Que si me siento privilegiada deja de suceder. Como nunca lo he tenido en cuenta, lo ahuyento como el mal augurio, pero no implica que creo que eso no pasa, porque pasa. Claramente, si las mujeres dejan a trabajar en esta profesión a partir de los 40, soy una clara excepción, tengo 50.
--¿Puedes adelantar algo de los proyectos en los que estás además de La casa de papel y Vis a vis?
--Justo he acabado La casa de papel y he empezado Insiders, que es un reality ficcionado. He hecho otra serie que ya sabréis más adelante cuál es y mientras tanto escribimos la nuestra. Entre álbum y serie, haremos una especie de popurrí para tratar de mantener entretenida a la gente lo máximo posible. El álbum es lo único que se sale de allí, no pretende ni culturizar ni ser entretenimiento, con que la gente desconecte un rato y lo escuche, mejor.
--Nadie se esperaba a Nawja en un reality, ¿cómo es eso?
--Es un reality ficcionado, es todo lo que puedo avanzar porque, si no, me cortan la cabeza. A parte, Netflix ya me tiene atada en corto. Entenderéis que mi participación allí no es tan violenta como puede parecer previamente, va a tener una lógica. Además, va a ser un experimento. Los únicos que saben de qué va la cosa son los cabezas pensantes, y los demás no tenemos idea de lo que estamos haciendo, con todo lo bueno y lo malo que conlleva. Lo que va a ser es entretenido, al menos para mí está siendo una gozada rodarlo. Nos han dejado manga ancha con los looks y con lo que queríamos crear dentro de la ficción y creo que está saliendo una cosa potente.
--¿Se puede decir que lo que te motiva es esta exploración, tanto en la música como en la actuación?
--Única y exclusivamente (ríe). Ese es mi motor. En cuanto se acaba la búsqueda y no estoy explorando nuevos terrenos me aburro. Me muevo por eso no por nada más.
--¿Y cómo te definirías: cantante, actriz?
--No voy a decir una palabra horrible que me dice mi mejor amigo: ¡Mocatriz me llama! (ríe) Esto es una gracia que le escuché a Leonor Watling. Lo raro es hacer una sola cosa. ¡Qué vuelva el Renacimiento! La gente de hacer un montón de cosas, todas las que pueda (sonríe). Otra cosa es que se te den bien todas pero ¿a quién le importa?, no se te tienen que dar bien todas.
--¿Tú te lo sigues pasando bien?
--Yo me lo estoy pasando bien, estoy conectando con el público y además me encanta esa pérdida de respeto de las generaciones de ahora, que todos hacen de todo. Otra cosa es que la cosa perdure en el tiempo y vaya a mayores, pero perderle el respeto a las disciplinas y creer que puedes hacerlo me parece algo superpositivo que debería hacer todo el mundo. Todo el mundo tiene ese lado artístico donde se abstrae. Hay una cosa de democratización del arte y de la cultura. Mucha gente se lleva las manos a la cabeza y dice que no es arte ni es cultura y yo digo: ¿a quién le importa? El tiempo dirá quién está colocado en dónde, pero para entonces estaremos muertas (bromea). Ir explorando y haciendo es lo divertido, luego que cada uno haga lo que quiera.