Arón Piper es uno de los actores jóvenes más reconocidos de Netflix en estos momentos, pero su camino hasta llegar al éxito no ha siempre ha sido fácil. Arón ha tenido que enfrentarse a momentos muy complicados para poder convertirse en la persona que es hoy en día.
El actor de Élite ha concedido una entrevista para la revista GQ y se ha abierto como nunca, dando a conocer el sabor más amargo de la fama y cómo fue su duro camino hasta convertirse en un actor de renombre.
Una adolescencia dura
Arón ha revelado que su adolescencia fue dura y llena de baches. "A los 15 años decidí que no iba a ser más actor. Justo estaba en mi etapa de fumar mucho e ir con mala actitud y con malas compañías", cuenta Arón. El intérprete explica que su momento más duro fue a los 17 años, cuando sufrió depresión. En esos momentos, sus padres le dieron el empujón que necesitaba y evitaron que dejara la interpretación.
"Estuve a punto de abandonarlo y me dijeron: 'Te vas a Madrid, luchas por lo tuyo y, si no, te quedas fuera’", explica el actor, que relata su duro aterrizaje en la capital y sus etapas de ansiedad. "Mis primeros años en Madrid fueron horribles, venía de una depresión y de una crisis de identidad. Venía de ser un chico duro, un malote... Creía que yo era así. Luego vine a Madrid y, con esa crisis personal, me invadió la ansiedad por todos lados".
El salto a la fama
La serie Élite le empujó a ganar confianza en él mismo: "Me ha ayudado a irme abriendo poco a poco, con una seguridad en la vida laboral pero también personal". El actor saltó a la fama rápidamente gracias a su interpretación de Ander, uno de los personajes principales de la conocida serie adolescente de Netflix.
Y con ella llegaron el dinero y la popularidad. “Cuando hice Élite empecé a ganar dinero y pude comprar ciertas cosas que ahora no valoro tanto”, explica. Pero el reciente confinamiento, que pasó con su familia en Luarca, su pueblo asturiano donde creció, le ha hecho replantearse el valor de las cosas.
Mantener los pies en el suelo
Para Arón, uno de los factores más importantes para mantener los pies en el suelo es la amistad. "He mantenido mi grupo de amigos de antes de la fama. Si te pilla una fama tan potente estando solo, te puedes equivocar. A día de hoy, sigo haciendo las mismas cosas que hacía antes", reconoce.
"A la hora de crear relaciones nuevas, ya sean amistades o amores, el prejuicio te condena. A una persona famosa la prejuzgas, siempre, ya sea para bien o para mal”, comenta Arón. Aun así, el actor explica que lo que peor lleva es “la pérdida absoluta de la privacidad”. “Es algo que sigo aprendiendo y a lo que me voy acostumbrando. No soy una persona a la que le guste destacar ni ser el centro de atención. Soy discreto", concluye.