Decir que Keanu Reeves es uno de los actores más exitosos de las últimas décadas no sorprende a nadie, puesto que ha participado en producciones como Matrix, Speed, Drácula de Bram Stoker… pero lo que quizás no tanta gente conozca con las múltiples anécdotas que provocan que todo el mundo lo considere una bellísima persona.
Y es que a pesar de haber estado en la controvertida fiesta de Matrix 4 en Alemania, Reeves cuenta con un bagaje de gestos que hacen de él uno de los actores más queridos de Hollywood y del mundo.
La última, contada por Octavia Spencer
Antes de ser popular o de haber ganado un Oscar, Octavia Spencer tuvo un encuentro fortuito con el actor en el que le demostró qué clase de persona es. La actriz recuerda que ella “iba de camino a recoger un guión para una audición”, vestida con pantalones, camiseta de fútbol americano, sin ropa interior y en un coche lleno de excrementos de pájaro.
A Spencer se le paró el coche en Beverly Hills y nadie en los cafés cercanos la ayudaba. Hasta que “de repente, aparece un sujeto con gafas de sol y su casco de motocicleta, y supe de inmediato que era Keanu Reeves”. El actor se paró para ayudar y le dijo que se metiera en el automóvil puesto que él se encargaría de empujar. Aquello hizo que todos los testigos fueran a ayudar y, claro, enamoró a Spencer.
Instantáneas curiosas
También se han hecho virales algunas imágenes en las que se ve a Keanu en acciones de lo más cotidianas y a las que no se suelen prestar las grandes estrellas. Un ejemplo de ello es a viajar en metro, ya que se ha visto muchas veces al actor compartiendo vagón.
De hecho, en una ocasión, uno de esos viajeros le grabó en secreto cediendo el asiento a una mujer que llevaba una bolsa grande y pesada. Quizás es algo habitual en el transporte público (o debiera serlo), pero es raro ver a un actor famoso en esas situaciones.
Keanu respetuoso
Otro de los detalles que en Twitter se han destacado sobre el carácter del protagonista de Le llaman Bodhi es el trato que dispensa a las mujeres, especialmente cuando se va a fotografiar junto a ellas. En ningún momento posa sus manos en su zonas comprometidas, simplemente se limita a situarlas en la espalda sin apenas llegar a tocarlas. En Corea llaman a esa acción “mano respetuosa”, ya que de ese modo no se solivianta a la otra persona.
Esta consideración también la experimentó Winona Ryder durante el rodaje de Drácula de Bram Stoker. En una de las escenas ella debía ponerse a llorar y no le salían las lágrimas, de modo que Francis Ford Coppola, director de la cinta, ordenó que la insultasen. Sin embargo, Reeves se negó a hacerlo bajo ningún concepto. Aquello enterneció a Ryder de tal modo que se le saltaron las lágrimas.
El autógrafo
Un escritor y productor llamado James Dator también publicó en Twitter una anécdota que vivió con el actor. Siendo solo un adolescente, Dator trabajaba en la taquilla de un cine, al que fue Keanu a ver una película. Consciente de ello, Dator trató de ofrecerle un descuento para que el intérprete firmara un resguardo y así quedarse con el autógrafo.
Reeves se negó, compró su entrada y se marchó. A los dos minutos apareció con un helado y el tíquet de compra firmado y dedicado. Se había dado cuenta de que era lo que deseaba Dator pero no quería entrar al cine con un descuento que no le correspondía. Después de darle el autógrafo, tiró el helado, pues no lo quería.
Más anécdotas
Además de las anteriores, el actor de Constantine, que suele donar grandes cantidades de dinero a hospitales de forma anónima, también estuvo envuelto en un aterrizaje de emergencia que provocó a todos los viajeros un retraso en su desplazamiento y la necesidad de compartir autobús para llegar a su destino.
Pues bien, Reeves no solo organizó y ayudó en ese desplazamiento, sino que además no dudó en posar para fotografiarse con sus acompañantes. Y como colofón, les contó anécdotas durante el viaje e incluso les puso música country. Sin duda, un viaje que jamás olvidarían.