El estreno en Netflix de Enola Holmes ha vuelto a traer a la palestra a Sherlock Holmes, el mítico detective creado por Arthur Conan Doyle en 1887 que se ha convertido en un icono tan popular que se han realizado todo tipo de adaptaciones de sus novelas.
En esta película el protagonismo recae sobre su hermana Enola, personaje basado en el universo creado por el autor inglés pero que es una creación de Nancy Springer para su serie literaria Las aventuras de Enola Holmes. El objetivo de la joven aprendiz a detective, interpretada por Millie Bobby Brown (famosa por Stranger Things), será encontrar a su madre (Helena Bonham Carter), mientras su hermano mayor Mycroft (Sam Claflin) trata de darle una educación más adecuada para una señorita, y su otro hermano Sherlock (Henry Cavill) se congratula de la inteligencia de la joven.
Henry Cavill, el último
De este modo, el actor que se ha hecho famoso en el mundo entero por haber interpretado a Superman en los últimos proyectos de Warner, pasa a formar parte de una larga lista de intérpretes que se han caracterizado como el mítico personaje de Conan Doyle. Y si bien Cavill se muestra comedido y le otorga el carisma necesario a su personaje, su condición de rol secundario no le colocan entre los mejores Sherlock Holmes que ha habido.
En esa lista, en cambio, sí que está el pionero entre quienes otorgaron al habitante del número 221B de la calle Baker en Londres. Ese es Basil Rathbone. Este actor británico se caracterizó por ponerse en el pellejo de malvados con mucha clase (Robin de los bosques, El signo del Zorro…), así como en el del investigador. No en vano, su caracterización ha sido la que ha perdurado en la iconografía popular y aunque algunas de las 14 películas que protagonizó entre 1939 y 1946 fueron mediocres, Rathbone siempre será Sherlock Holmes.
Cushing entra en escena
El siguiente gran actor que merece estar entre los mejores Sherlock Holmes de todos los tiempos es Peter Cushing, intérprete que durante dos décadas se especializó en los largometrajes terroríficos de la productora Hammer. No en vano, se puso el traje del doctor Frankenstein y trató de cazar a Drácula como Van Helsing.
A pesar de todo ello, su físico y su mirada penetrante hicieron de Cushing un perfecto compañero del doctor Watson, llevándole a interpretar el personaje en diversas ocasiones, siempre con la solvencia que caracterizaba al londinense.
Otro tipo de Holmes
En el, año 2009, el director Guy Ritchie decidió coger al personaje y darle otro aire sin dejar de ser fiel a lo que las novelas y relatos de Conan Doyle relataban. Fue entonces cuando eligió al carismático Robert Downey Jr., que en esos momentos triunfaba en todo el mundo gracias a las películas de Iron Man.
Sin lugar a dudas, Downey hizo suyo el personaje y lo llevó por nuevos derroteros en dos películas llenas de acción, misterio y humor que llenaron los cines de todo el mundo. Sherlock había vuelto a lo grande, al más puro estilo del siglo XXI.
Un detective actual
El cuarto gran Sherlock de la lista es el que ha plasmado en la pequeña pantalla el actor inglés Benedict Cumberbatch en la serie Sherlock. En ella se repasan los grandes casos escritos por Doyle pero bajo un prisma contemporáneo. No en vano, la serie se desarrolla en la actualidad, introduciendo en las tramas toda la tecnología y costumbres de hoy en día.
Y no solo lo consigue, sino que esta producción de la BBC además engrandece a un personaje ya de por sí inmenso. Y buena parte de ese logro le corresponde a Cumberbatch, que dibuja quizás el mejor Sherlock visto en una serie de televisión.
Un quinto puesto discutido
Si bien es cierto que para denominar al quinto mejor Sherlock se podría apuntar a John Lee Miller en Elementary e incluso a Ian McKellen (como un Sherlock anciano) o a Nicholas Rowe, que se puso en la piel de un joven Holmes en El secreto de la pirámide, para ese puesto se puede mencionar un trabajo de animación.
La versión anime de Sherlock Holmes no solo fue una de las más populares en los años 80, sino que además supuso el último producto televisivo en el que participó Hayao Miyazaki (dirigió seis episodios). En ella se mostraba a los personajes con una versión antropomorfa (casi todos eran perros) y se le otorgaba un aspecto steampunk que todavía a día de hoy resulta atrayente para los amantes de la animación.