Su nombre es Luis Escribano y posiblemente sea uno de los más fervientes admiradores de la saga Alien de ciencia ficción que comenzó su andadura de la mano del director Ridley Scott allá por el año 1979.
Él es el creador del que ya se ha pasado a denominar Museo Alien en Barcelona y que ha supuesto todo un descubrimiento por la capacidad para recrear los escenarios de una de las franquicias cinematográficas más famosas y seguidas de todos los tiempos.
La "Nostromo" en Barcelona
El amor de Escribano por los xenomorfos y todo el universo que se ha creado durante cuatro décadas en torno a ellos ha sido el germen de la obra que este fan de 44 años ha llevado (y sigue llevando) a cabo: la reproducción de la nave Nostromo y otras localizaciones de las películas que conforman la citada saga.
Eso sí, Escribano, al que todos conocen como Luis Nostromo, no ha contado con el apoyo de ninguna multinacional para levantar este auténtico museo, sino que todo ha sido fruto de su esfuerzo, de su capacidad para recrear a la perfección lo que veía en la pantalla y del apoyo de amigos y fans de Alien, que le han echado una mano en el proceso.
Qué hay en este Museo Alien
Ante todo hay devoción incondicional por las películas que encumbraron a Sigourney Weaver como reina de la acción en su papel de Ripley. Esa devoción empujó a Escribano a coleccionar todo tipo de figuras y objetos relacionados con el imaginario de Alien, los cuales también son una parte importante de este espacio.
Sin embargo, esta pasión de coleccionista se quedó corta y Luis Nostromo decidió dar un paso más, de modo que en su tiempo libre se puso a replicar algunos escenarios tanto de Alien, el octavo pasajero, como de sus secuelas: Aliens: El Regreso, Alien 3 y Alien: Resurrección. A esto hay que añadir que ha seguido aumentando su colección después del estreno de las dos precuelas: Prometheus y Alien:Covenant.
Cuatro estancias
En cuanto a los escenarios que Escribano ha construido y en los que ha incluido réplicas de los peligrosos alienígenas -así como todo tipo de detalles que resultarán familiares a los aficionados a la franquicia-, hay que apuntar que son cuatro.
Los dos primeros pertenecen al primero de los filmes, el de Ridley Scott. Por un lado se halla el laboratorio de la nave Nostromo, donde suceden algunos de los hechos más escalofriantes de la cinta. Y por otro, está la nave Narcissus, es decir, el módulo de emergencia donde la Teniente Ripley consigue escapar de la escabechina que el alien ha provocado en la nave nodriza.
Segunda y tercera entregas
Aparte de esta revisión del primer largometraje, Luis Nostromo también ha querido hacer un homenaje a la segunda película de la saga, dirigida por James Cameron. De ahí que el tercer espacio esté dedicado a ella, pues es la galería Hadley's Hope, nombre de la colonia que termina siendo arrasada por los citados xenomorfos.
Finalmente, la cuarta parte lleva el nombre de El Matadero y hace referencia a Alien 3, film dirigido por un joven David Fincher que dio sus primeros pasos antes de convertirse en un director de culto gracias a títulos como Seven, El Club de la Lucha o La Red Social, entre otros. No obstante, también se hace referencia tanto a la cuarta entrega, como a las dos precuelas y a los dos largometrajes en los que se unieron a estos alienígenas con los de la saga Depredador (Alien Vs. Predator y Alien Vs. Predator Resurrection).
¿Es posible visitarlo?
Al ser un lugar privado, no se trata de un museo que esté abierto al público, aunque sí que es posible concertar una cita para hacerlo. Para ello hay que comunicarse con el autor mediante su perfil en Instagram -tiene más de 24.000 seguidores-, donde va compartiendo tanto las tareas de construcción como todo tipo de detalles relacionados con la saga de Alien.
Cabe apuntar que la calidad del trabajo realizado por Escribano (que incluso tiene tatuado el logo de la Weyland Yutani Corporation) es tal que ha sido el escenario del rodaje de un videoclip de La Casa Azul, en el que participó la actriz Anna Castillo, conocida por protagonizar películas como Adú y La llamada, o series como Arde Madrid o Estoy vivo.