Las brujas de Surrey
La serie 'El misterio de Pale Horse' está ambientada impecablemente en el año en que se publicó la novela de Agatha Christie y la protagoniza el siempre inquietante Rufus Sewell
1 agosto, 2020 00:00Lo mejor que le puede pasar a una adaptación audiovisual de un texto de Agatha Christie es que no parezca una adaptación audiovisual de un texto de Agatha Christie. A no ser, claro está, que uno disfrute con esas versiones apolilladas de las aventuras de Hércules Poirot o la señorita Marple que los ingleses se marcan con inusitada frecuencia (Miss Marple es una vieja insoportable que solo tuvo gracia cuando la interpretó la gran Margaret Rutherford, el equivalente inglés de nuestra Mary Santpere, a principios de los 60 en tres divertidos largometrajes, mientras que Poirot es un coñazo insufrible tanto si tiene la cara de Peter Ustinov como la de David Suchet o Kenneth Branagh). Las novelas de Agatha Christie se distinguen por una carpintería impecable y un desinterés absoluto por el factor humano, lo que hace que los personajes de esas historias sean siempre de cartón piedra y solo lleguemos al final porque la estructura narrativa nos ha atrapado con su eficacia.
Últimamente, la televisión británica se está apuntando a lo de adaptar a Christie de una manera más creativa de la habitual, quedándose con la impecable carpintería de la novela original y tratando de dotar a los personajes de la trama de cierta humanidad. En esa línea se mueve el díptico The Pale Horse (El misterio de Pale Horse), actualmente colgado en Movistar y segundo acercamiento a la novela homónima de 1961 tras una adaptación cinematográfica de 1997 en la que, ya puestos, habían incrustado en la acción a la señorita Marple, que no aparecía en el texto original. Escrita por Sarah Phelps y dirigida por Leonora Lonsdale, El misterio de Pale Horse está ambientada impecablemente en el año en que se publicó la novela (la BBC nunca falla en ese aspecto) y protagonizada por el siempre inquietante Rufus Sewell (podemos verlo actualmente en la serie de Amazon The man in the high castle), en el papel de un anticuario viudo --su esposa falleció en extrañas circunstancias-- y vuelto a casar con una amiga de toda la vida por la que no siente nada especial. Su vida parece transcurrir en un apacible tedio hasta que su nombre aparece en una lista que la policía encuentra metida en el zapato de una anciana muerta a escasos metros de una comisaría (en la novela, el fiambre es un cura, pero también es verdad que el anticuario es un escritor).
Lo que inquieta a nuestro anticuario es que los que aparecen en esa lista la van palmando de manera extraña, lo que le hace temer que algún día le tocará a él la hora del adiós. Azuzado por otro miembro de la lista, que cree intuir causas paranormales en los súbitos fallecimientos, Michael Easterbrook, que así se llama el especialista en bellos y vetustos objetos, acabará entrando en contacto con tres mujeres algo siniestras que leen la buena (o mala) ventura en Much Deeping, un pueblo en el condado de Surrey, sin moverse de su mansión, conocida como The Pale Horse (El Caballo Pálido). Como no estoy para spoilers, no seré yo quien les diga si hay misteriosas fuerzas del mal tras la actividad de las brujas de Surrey (una de ellas, por cierto, es la leyenda viviente del free cinema británico de los años 60 Rita Tushingham, negada para parecer una ancianita venerable, pero ideal para el rol de vieja bruja), pues eso ya lo descubrirán ustedes por su cuenta si siguen mi consejo y se tragan de un tirón (¡ánimo, solo son dos episodios!) esta adaptación de Agatha Christie cuyo principal mérito consiste en no parecer una adaptación de Agatha Christie.