Los rodajes de cine más desastrosos jamás contados
Tifones, huracanes, guerras y problemas con los actores llevaron al fracaso a algunas de las películas más famosas de la historia del cine
5 agosto, 2019 13:01Es fácil medir el éxito o el fracaso de una película una vez llega a las carteleras de cine y se estrena. Basta con analizar los resultados en taquilla y leer las referencias de la crítica especializada. Pero, ¿qué pasa antes de que el montaje esté listo para ser proyectado?
Lo que ocurre es que el director da órdenes, el equipo de atrezzo monta y desmonta, los actores repiten tomas y los dobles graban las escenas más peligrosas. Y todo esto no se produce siempre en orden y armonía.
Cambio de planes
De la historia del cine también forman parte los rodajes que no marchan bien, aquellos que marcan una película con independencia del éxito que cosechen entre el público, la crítica y los jurados de las grandes academias de cine del mundo.
Todo el dinero del mundo (2018). Cuando el director Ridley Scott comenzó el rodaje de su última película seguramente no imaginaba la de problemas a los que tendría que hacer frente para acabarla, montarla y llevarla hasta los cines.
Cambio de actor
Con 40 millones de euros de presupuesto, el actor Kevin Spacey daba vida al magnate Jean Paul Getty, el personaje protagonista de la novela de John Pearson, después de que el actor Christopher Plummer le cediese el papel por su estado de salud.
Ridley Scott no contaba con que tendría que volver a cambiar de protagonista cuando una acusación de abusos sexuales recayera sobre Spacey. Finalmente Christopher Plummer tuvo que interpretar un papel que estaba destinado a él.
Nueve días, 400 planos
En nueve días Plummer filmó 400 planos en jornadas de 18 horas para grabar de nuevo todas las escenas que Spacey había dejado hechas. El rodaje se saldó con 10 millones de euros extras de gasto sobre el presupuesto inicial.
Otro caso es Tiburón (1975). Esta película del director Steven Spielberg ha pasado a la historia del cine por méritos propios. Con tres Premios Oscar y dos Globos de Oro, pocos conocen los problemas que acecharon a su equipo de rodaje.
Tiburón mecánico
De primeras, Spielberg no iba a ser el director. Además, temporales e inclemencias climatológicas, fallos en la reproducción mecánica del tiburón y cambios en el reparto original de la película, son algunas de las dificultades que hicieron, de todo menos fácil, acabar con su rodaje.
El hombre que mató a Don Quijote (2018). Casi 20 años después de que su director se lo propusiera, El hombre que mató a Don Quijote se estrenaba. Terry Gilliam hacía con ello realidad un sueño.
Parones de rodaje
El rodaje se paró en ocho ocasiones y parte de los decorados se destruyeron, dejando fuera a actores de la talla de Johnny Deep (Eduardo Manostijeras), Vanesa Paradis (La chica del puente) y Jean Rochefort (El artista y la modelo).
Finalmente, Terry Gilliam pudo acabar la historia que lo obsesionó durante años y la presentó en el Festival de Cine Internacional de Cannes. Jonathan Pryce, Adam Driver, Stellan Skarsgard, Olga Kurylenko, Joana Ribeiro, Jordi Mollá y Óscar Jaenada han acabado dando vida a los personajes de la película.
En plena guerra
Apocalypse now (1979). Francis Ford Coppola firma esta obra, considerada por muchos críticos de cine como una de las mejores películas bélicas de la historia. El director venía de rodar El Padrino y El Padrino II, otras dos cintas de referencia en la industria cinematográfica de todos los tiempos.
Pero ninguna de ellas presentó tantos problemas para el director como el rodaje de Apocalypse now. La película, adaptación a la gran pantalla de la novela El corazón de las tinieblas del escritor Joseph Conrad, se grabó en Filipinas, en época de guerras y tifones. Los decorados fueron víctima de los bombardeos y de los huracanes asiáticos.
Sin actores
Además, costó encontrar actor protagonista. Los actores iban y venían de las audiciones hasta que Martin Sheen asumió el papel principal. Aunque ahí no acabó todo. Sheen sufrió un infarto al corazón del que logró recuperarse. Su compañero de reparto, Marlon Brandon, no padeció ninguna complicación en su estado de salud, pero ni se aprendía el guión ni hacía caso de las indicaciones de su director.
El reparto dio tantos quebraderos de cabeza como los tifones. Dennis Hooper manifestó graves problemas con el alcohol y muchas de sus secuencias tuvieron que repetirse o eliminarse, directamente, del montaje final. Tras tres años de rodaje la película vio por fin la luz.