Kevin Williamson es adictivo: Imagen de la serie 'Tell me a story'

Kevin Williamson es adictivo: Imagen de la serie 'Tell me a story'

Cine & Teatro

Kevin Williamson es adictivo

El creador de 'Tell me a story' es un escritor que se conforma con entretenerte y pegarte sustos, dos actividades que se le dan francamente bien

21 diciembre, 2018 22:00

Veo que HBO cuelga, prácticamente a la vez, dos nuevas series de temática inquietante, Into the dark y Tell me a story. La primera es una antología de historias auto conclusivas y la segunda es una serie de estructura tradicional con personajes fijos: ambas prometen emociones fuertes y ambas recurren a una excusa conceptual: Into the dark transcurre siempre en torno a una determinada fiesta y Tell me a story (inspirada en la serie mexicana Érase una vez) asegura haber recurrido a cuentos clásicos como Los tres cerditos o Hansel y Gretel. Me pongo con Into the dark (hay colgados tres episodios, los nueve restantes irán cayendo con una periodicidad mensual) y me trago la primera entrega.

El punto de partida tiene su gracia: durante la noche de Halloween, un sicario de lujo debe transportar un cadáver muy bien envuelto por Nueva York mientras todos le felicitan por su (supuesto) disfraz de Patrick Bateman, el protagonista de la novela de Bret Easton Ellis American psycho. Por el camino encuentra una fan con la que vivirá extrañas aventuras hasta llegar a un final siniestro. Me quedo con la impresión de que me han contado una memez pretenciosa, pero paso al capítulo dos, sobre una chica con agorafobia convencida de que su padre es un asesino en serie: me aburro a los veinte minutos y abandono Into the dark para siempre.

Tengo más suerte con Tell me a story, tras la que está un tipo tan eficaz (que no brillante) como Kevin Williamson, creador de sagas cinematográficas como Scream o Sé lo que hicisteis el último verano y de series como Dawson´s creek o The vampire diaries. La mención a los cuentos clásicos se la podrían haber ahorrado, ya que o brilla por su ausencia o está cogida por los pelos: si nadie hubiese citado esa referencia, yo no la habría detectado. Pero da igual, pues el producto funciona como un reloj suizo. Siguiendo las desventuras paralelas de una serie de personajes que uno intuye que acabarán cruzándose, el señor Williamson se marca un thriller potente y de excelente carpintería que engancha y te lleva a tragarte tres o cuatro episodios seguidos.

La cosa, eso sí, no aspira a ningún tipo de trascendencia. Kevin Williamson es un escritor que se conforma con entretenerte y pegarte sustos, dos actividades que se le dan francamente bien. Puede que llegues al final de la temporada con la sensación de haber perdido el tiempo --cosa que no ocurre, por ejemplo, con Black mirror--, pero tampoco tienes derecho a quejarte: buscabas entretenimiento cuando el cerebro no te daba para muchas alegrías y el señor Williamson te lo proporcionó con su tradicional potencial adictivo. No puede decirse lo mismo de Into the dark, cuyo tercer episodio sigue colgado en HBO, muriéndose de asco, sin que se me pase por la cabeza verlo.