Imagen de la temporada 11 de 'Expediente X', de Chris Carter

Imagen de la temporada 11 de 'Expediente X', de Chris Carter

Cine & Teatro

Déjalo ya, Chris

La temporada 11 de 'Expediente X' es más de lo mismo: se ha convertido en un producto cansino y sin interés que dan vueltas en torno a los temas de siempre

27 enero, 2018 00:00

Chris Carter se ha convertido en un hombre agarrado a una sola idea, la única que realmente le ha salido bien en la vida, su serie de televisión Expediente X. Aunque los mejores tiempos de los agentes especiales Mulder y Scully quedaron atrás, el señor Carter se empeña en resucitarlos hasta la náusea. Las últimas temporadas del primer ciclo de la serie acusaban ya claramente el cansancio de los guionistas y el agotamiento de las premisas de que partía el invento (básicamente, una serie de preguntas que nunca acababan de encontrar respuesta).

Cuando Mulder y Scully volvieron en 2016 con una miniserie tediosa y carente de novedades, uno --que había sido un fan absoluto de la serie en sus buenos tiempos-- sintió cierta pena. Confieso que me la tragué por militancia, que es lo mismo que estoy haciendo con la temporada número once. Aunque algo me dice que esta vez la militancia va a tener sus límites y cualquier lunes de estos me pongo a ver otra cosa. Ya me tragué la nueva temporada de Twin Peaks, esperando inútilmente que levantara el vuelo, y no puedo decir que la experiencia resultara excesivamente satisfactoria.

Fracaso tras fracaso

Por lo visto hasta ahora, todo parece indicar que Expediente X ya no da más de sí. Lo que queda de esa serie estupenda --que contribuyó a crear la actual edad de oro de la ficción audiovisual en Estados Unidos, junto a la gloriosa chaladura de David Lynch-- es un producto cansino, con unas tramas que no interesan mucho y que solo dan vueltas en torno a los temas de siempre. La relación entre Mulder y Scully languidece mientras las apariciones del Fumador ya no inquietan a nadie. Todo se ha convertido en un teatrillo repetitivo y carente de la fuerza original. El creador de la serie, Chris Carter, se agarra a ella como si no tuviera nada más en el mundo. Me temo que porque, realmente, no tiene nada más en el mundo.

Carter fue, gracias al éxito fulgurante de Expediente X, un tipo con cierto poder en la industria y alguien al que se le permitía experimentar. Lo hizo con Millenium, protagonizada por Lance Henriksen, una serie oscura, ominosa y un pelín deprimente que consiguió aguantar tres temporadas. Harsh Realm, confusa historia de ciencia ficción, fue cancelada al cabo de nueve episodios porque no le gustaba al público ni a la crítica. The Lone Gunmen, un spin off de Expediente X consagrado a los tres frikis que solían echarles una mano a Mulder y Scully, solo aguantó una temporada: la mezcla de aventuras paranormales y humor de patio de colegio no funcionaba en absoluto.

O sea, que podríamos decir que Chris Carter es el autor de una sola obra. Y parece dispuesto a exprimirla hasta el final. Pero lo único que va a conseguir es que los seguidores de esa única obra le acaben dando la espalda definitivamente ante tanta repetición y tanto aburrimiento. Comprendo que no tenga ganas de inventar algo nuevo, con lo mal que le salió todo lo que no era Expediente X, pero la cosa ya no da más de sí.