Listas con lista de listas
Una de las tradiciones navideñas más arraigadas es la publicación de clasificaciones con las mejores cosas del año
25 diciembre, 2017 00:00Dejaos de pulgares oponibles, bipedismo y consciencia de la muerte. Parece que lo que verdaderamente nos convierte en Homo sapiens sapiens, sobre todo cuando se aproximan estas fechas, es nuestro deleite ante las listas de lo mejor del año.
Tal vez el mismo origen de la escritura --y consecuentemente de la historia-- sea una lista: los bellos tajos de las tabillas cuneiformes anotando fanegas de trigo mesopotámico. A los humanos nos pirra lo vertical, la jerarquización y la ilusión de un orden establecido. Seguramente las que nos ocupan --las culturales-- nacieron con ánimo pedagógico, pero han acabado contagiándose del espíritu de las tertulias políticas: ahora nos sirven principalmente para enfadarnos y polemizar.
La piedra Rosetta.
La lista de la compra.
Los diez mandamientos.
Los versos como salmos de Walt Whitman.
El código de Hammurabi.
Los siete pecados capitales.
Las 50 sombras de Grey.
Los artículos buscaclics del estilo: "Las diez cosas que no sabías sobre listas".
Durante estos días, con la puntualidad de las tradiciones navideñas, aparecen por doquier. ¿Son mejores las de orden ascendente o descendente? ¿Por qué hay más listas de música que de libros o películas? ¿Será porque es más fácilmente consumible? ¿Solo valen las que son muy exhaustivas? ¿Apareceremos en alguna? ¿Estará esta columna en la lista de las mejores columnas que hablan sobre listas?
Sí, en mi cogollito cultural de referencia nos encantan. Así que las rastreamos por todas partes, nos las pasamos sin tregua. Cada invierno, además, fantaseamos con realizar una lista con las que creemos que son las mejores. Una lista de listas. Una especie de sueño húmedo hipster. Esta recopilación se basa en nuestras preferencias personales, lo que en casa, citando al cocinero Rayco Arbelo, llamamos "la trilogía de la felicidad": libros, música y cine.
1) La de Rockdelux
Tal vez la paradigmática. La madre de todas las listas. La de la revista musical independiente por excelencia tiene todos los ingredientes necesarios para satisfacer cualquier paladar, es decir: descubrimientos novedosos, arbitrariedad salvaje y centenares de discos, pelis y libros. Mi amigo X dice que está perdiendo fuerza delante de la Pitchfork. Pero tal vez es que nos estamos viniendo viejos.
2) La de los mejores libros de los críticos de Babelia
50 expertos mandan sus votos sobre todo lo que han leído a lo largo del año al suplemento cultural de El País. Pese al aparente eclecticismo acaban ganando siempre los mismos. La gracia de esta lista es que puedes adivinar a los seleccionados mucho antes de que la publiquen, haced la prueba, no falla si ese año han publicado: Javier Marías, Muñoz Molina o Vila-Matas.
Solemos pensar que si tu nombre sale entre ellos es que eres mainstream o estás muerto. La tradición consiste en leerla y quejarse de lo malo de la selección. Todo eso es falso, claro. La cosa cambiaría radicalmente, claro, si algún año incluyeran algún trabajo tuyo o de tus amigos entre los seleccionados. Entonces la considerarías como la mejor de las listas posibles.
3) La de actividad personal de Spotify
Los de Spotify proponen desde el año pasado un repaso a los gustos musicales de sus consumidores. Así, cuando llega el mes de diciembre, puedes observar qué canciones y artistas han estado en la cúspide de tus oídos durante ese periodo. Probadlo, siempre hay sorpresas divertidas. Un Despacito incriminatorio colocado entre Arcade Fire y Bob Dylan. Este año doblan la apuesta y también te cuentan cuántos géneros musicales escuchas y cuál es tu edad promedio según tus escuchas. Glups.
Y muchas más: la unipersonal de literatura del escritor Alberto Olmos en El Confidencial reconociendo que no ha acabado de leer algunos de los libros que cita en su lista, la de los Reyes Magos, la de los más vendidos y, sobre todo, las que Umberto Eco escribió en su maravilloso libro El vértigo de las listas. El mejor libro de listas de la historia, ¿no?