Los Mossos d'Esquadra investigan a una comunidad de vecinos del barrio de Sarrià, en Barcelona, y al arquitecto responsable de unas obras de rehabilitación en el edificio por destruir el mural La Sardana del artista Josep Guinovart, uno de los máximos exponentes de la vanguardia pictórica catalana de la segunda mitad del siglo XX. Por estos hechos se pueden enfrentar a hasta tres años de prisión y penas de multa por un delito contra el patrimonio histórico. La pintura dañada data de los años 50 y, aunque no consta como protegida de forma individual, sí tiene una "valoración de antigüedad" por su valía "económica e intrínseca".

La investigación se inició en mayo de 2021, cuando agentes de la Unidad Central de Patrimonio Histórico vieron en las redes sociales y diversos medios de comunicación la noticia de la destrucción del mural en la actualización de la comunidad de vecinos. El mural se ubicaba en el vestíbulo del edificio y constaba de una pintura de 2,95 por 7,5 metros que estaba situada en una de las paredes. Esta obra está catalogada en el libro Guinovart: el arte en libertad. Además, se completaba con una escultura que representaba la danza de la sardana.

Un aparcamiento para motos

La Fundación Josep Guinovart denunció los hechos semanas después de conocerse la noticia. Cuando la policía se personó en el edificio comprobó que el mural estaba tapado con pintura y que se estaban realizando obras de reforma. La comunidad de propietarios había proyectado una rehabilitación de la finca que no contemplaba conservar la obra del artista y que comportaba la destrucción y desaparición del mural.



En concreto, se eliminaba una parte de la obra pictórica con el objetivo de dar visualidad a la zona de portería. En cuanto a la escultura, desaparecía también de forma parcial para ubicar un aparcamiento para motocicletas. Tras estallar la polémica, y con el objetivo de evitar un procedimiento judicial por los daños causados, los investigados contrataron después los servicios de restauración para extraer la pintura acrílica que tapaba el mural y hacer emerger la pintura original, así como rehacer la parte derruida intentando reproducir el lenguaje del artista.

“Daño irreparable”

Según los mossos, la revisión de las documentaciones municipales, el libro de actas de la comunidad de propietarios y las manifestaciones de las personas que han participado en los hechos indican "una imprudencia grave con la clara intención de deshacerse de la obra, donde se han cometido actuaciones que podrían tener responsabilidades penales".



La Fundación del artista advierte que los daños provocados en el mural son irreparables y la actuación de restauración dificultará cualquier recuperación. Por su parte, los directores de museos como el MNAC o el Picasso, el Gremio de Galerías de Arte de Cataluña y otros ayuntamientos y diputaciones han puesto también de manifiesto el destrozo que se ha hecho en esta obra. Ahora, los vecinos esperan el inicio de las diligencias judiciales.