“Si Barcelona es débil, la Generalitat es más fuerte”. Lo dijo el exgerente del ayuntamiento y exsecretario general de Presidencia en el gobierno de Pasqual Maragall, Ramón García Bragado, en la presentación Barcelona DF, un proyecto que defiende la Barcelona metropolitana. La que durante tres décadas ha sufrido el azote nacionalista. Del bloqueo de la gran Barcelona da cuenta la inacción del Govern sobre el seguimiento del Plan Territorial Metropolitano de Barcelona (PTMB), aprobado en abril de 2010. La Comisión de Ordenación Territorial Metropolitana de Barcelona (COTMB) nunca se ha reunido.
Pero tras la presión de los ayuntamientos, la vicepresidencia de Territorio de la Generalitat ha empezado a pedir a los organismos que forman parte de esta Comisión que designen a sus representantes. Once años después, a pesar de que hace meses, el mundo local le recordó al exconsejero de Territorio, Damià Calvet, que nunca se había convocado esa comisión de seguimiento.
Ayuntamientos y entes locales
El PTMB fue aprobado en abril de 2010 con vistas a un horizonte de 2026. Fue elaborado en estrecha colaboración con los ayuntamientos y entes locales. Fruto de ello fue la constitución en 2005 de la COTMB, bajo la premisa de hacer una evaluación del desarrollo del plan territorial cada cinco años. Nunca se llevaron a cabo, denuncia PSC-Units en una propuesta de resolución presentada en la Comisión de Políticas Digitales y Territorio del Parlament, donde se insta a convocar ese órgano. “Los gobiernos procesistas no creen en la planificación y ordenación territorial, una muestra más del lento declive de Cataluña y de la pérdida de oportunidades para empresas y ciudadanos”, denuncia el diputado socialista Jordi Terrades, autor de la iniciativa parlamentaria.
En el caso del área metropolitana, el rechazo de los gobiernos nacionalistas a fortalecer ese territorio donde viven más de cinco millones de personas, viene de 1987, cuando Jordi Pujol dinamitó la Corporación Metropolitana de Barcelona, entonces presidida por el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. El expresidente convergente de la Generalitat siempre entendió que esa conurbación era un contrapoder a la Generalitat. De hecho, se trata del territorio que siempre se ha resistido al voto nacionalista.
Ley del área metropolitana
El Plan Territorial Metropolitano fue aprobado por el gobierno tripartito, cuando Joaquim Nadal era consejero de Política Territorial y Obras Públicas. La ordenación de ese espacio, que incluía la ciudad de Barcelona y otros 31 municipios, tenía como eje principal el Plan Director Urbanístico (PDU) del área metropolitana, llamado a sustituir al antiguo Plan General Metropolitano de 1976, y fue ligado a la aprobación de la ley del Área Metropolitana de Barcelona. Pero todo ello ha quedado paralizado durante diez años.
Ahora, el Govern quiere reactivar esa Comisión y, según ha podido saber Crónica Global, ha encargado a los miembros de la COTMB que designen a sus representantes. La Comisión está adscrita a la Consejería de Territorio y abarca las comarcas del Alt Penedès, Baix Llobregat, Barcelonès, Garraf, Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental. Este organismo está presidido por el consejero de Territorio --ahora asume esas funciones el vicepresidente Jordi Puigneró-- y tiene 17 vocales: once de la Generalitat, uno de cada una de las citadas comarcas, cuatro de los municipios incluidos (un concejal por Barcelona y tres por las organizaciones asociativas municipales, FMC y AMC), y un representante con voz, pero sin voto, designado por el Estado.
Inversiones, equipamientos, planes generales...
Las funciones de la Comisión es examinar el grado de cumplimiento de las previsiones del plan, comprobar la coherencia entre las inversiones programadas y las reales; escuchar a los municipios que puedan resultar afectados por la localización de grandes infraestructuras, de equipamientos o de los sistemas generales; y emitir informes sobre los planes generales y demás instrumentos de planificación sometidos al conseller o en la Comisión de Urbanismo de Barcelona.
Mientras la Generalitat titubea sobre esa ordenación metropolitana, durante estos diez años han surgido diversas iniciativas para reivindicar, como es el caso de Barcelona DF, una Barcelona metropolitana con una gobernanza potente, sin fronteras interiores, que permita combatir los problemas sociales de hoy --transporte, seguridad, incivismo-- y los retos de futuro --paro, inmigración...--
Definir dónde empieza y dónde acaba ese territorio metropolitano siempre ha generado debate. En la Asociación ARC Metropolità, presentada el pasado mes de abril, nueve municipios reivindican su pertenencia a la gran Barcelona: Vilanova i la Geltrú, Vilafranca del Penedès, Martorell, Rubí, Terrassa, Sabadell, Mollet, Granollers y Mataró.