El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) examinará el encaje legal del pelotazo del Hotel Arts en Barcelona. La segunda instancia judicial ha admitido a trámite un recurso de Grupo Tragaluz, Moncho's y Catwalk, entre otras empresas, contra la subasta pública de patrimonio en la que Archer Hotel Capital (AHC), dueño del cinco estrellas, se quedó parte del Frente Marítimo por 76 millones.
Lo han indicado a este medio fuentes del sector y lo ha confirmado la portavocía de prensa del Alto Tribunal catalán. La sala Contencioso-Administrativa ha dado luz verde al escrito de los operadores del litoral barcelonés. Estos pidieron la nulidad de la venta pública de patrimonio al detectar "irregularidades" en la misma. La sección quinta de esta jurisdicción del TSJC no ha detectado defectos de forma en su exposición y ahora entrará a analizar el fondo.
El 'pelotazo' del Arts, pendiente del TSJC
Las implicaciones de esta decisión son colosales. Si el TSJC avala la enajenación de parte del Dominio Público Marítimo-Terreste (DPMT) a Archer Hotel Capital, el Arts podrá comenzar a ejecutar su inversión en el Frente Litoral. Esta pasa por construir un nuevo centro comercial y de bienestar con tiendas de alto standing y una ampliación del Casino de Barcelona.
Por contra, si el Tribunal anula la subasta pública, el Hotel Arts, y más concretamente su propietario, Archer --formado por los fondos GIC de Singapur y ABP de Países Bajos-- se llevará un revés. El proyecto de ampliación del alojamiento embarrancará. Hasta una nueva subasta, o para siempre, dependiendo de la decisión final del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, titular último del DPMT.
Viejos operadores contra los fondos de inversión
Sea cual fuere la decisión del TSJC con el pelotazo del Hotel Arts, lo que subyace es una pugna entre los actuales operadores del Frente Marítimo de Barcelona contra los voraces fondos de inversión que controlan el cinco estrellas gran lujo. En esta parte del litoral barcelonés tienen su actividad marcas como Costa Este (con Pachá), Catwalk, Moncho's, Tous o Grupo Tragaluz, con su marca Bestial.
Hacen negocio en este estratégico enlace por medio de un derecho de explotación derivado de la concesión de la Demarcación de Costas al Ayuntamiento de Barcelona, que data de antes de los Juegos Olímpicos de 1992. Al vencer este permiso, el Estado sacó los terrenos a la venta, y el gobierno municipal de Barcelona en Comú y PSC no activó su derecho de compra preferente. Ante ello, los locales del Frente Marítimo salieron a la venta, y los capturó Archer Capital a golpe de chequera.
Los vecinos lamentaron la "privatización"
Tras el procedimiento de enajenación, las asociaciones de vecinos de la Vila Olímpica y Barceloneta alertaron de que la colocación de los 19 locales en primera línea de mar se hizo "de espaldas a la ciudadanía". Por ello, pidieron impugnar la venta pública y que los espacios pasaran a manos municipales.
A este respecto, acusaron al Ayuntamiento de Barcelona de "incumplir" los compromisos tomados para asumir la gestión directa de los locales comerciales. "La subasta nos ha dejado sin capacidad de gestionar y mantener un patrimonio pagado por todos los barceloneses y que ahora se ha privatizado", apostillaron las dos entidades.