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La Costa Brava es conocida por su litoral, sus calas y su paisaje mediterráneo, pero también conserva un patrimonio arquitectónico destacable. Tanto es así que incluso cuenta con construcciones de estilo modernista a las que no siempre se presta atención.

Al igual que ocurre con el modernismo de Sitges, en Palamós, uno de los puertos históricos del Baix Empordà, la ciudad guarda edificaciones que atestiguan la importancia de esta corriente en Cataluña y el estatus que otorgaba a la burguesía catalana.

El ejemplo más claro de ello es la Casa Vilahur, una vivienda señorial situada en el Passeig de la Fosca, frente al mar. Sí, la residencia de un burgués.

Construida a comienzos del siglo XX, probablemente entre 1914 y 1917, la edificación es obra del arquitecto Isidre Bosch Bataller, un profesional vinculado al modernismo de difusión. Menos conocido que Gaudí o Puig i Cadafalch, fue activo fuera de los grandes centros urbanos.

Momento clave

Su arquitectura responde a un momento concreto de prosperidad económica en Palamós. A principios del siglo XX, la actividad portuaria, la industria del corcho, la pesca y los primeros indicios de turismo generaron una burguesía local con capacidad para invertir en residencias representativas.

Si bien se dice que los ricos catalanes suelen ser poco ostentosos, el modernismo lo cambió todo. Esto se percibe tanto en los edificios de Gaudí como en la ubicación de algunas construcciones.

Dónde está

Al igual que ocurre en el paseo marítimo de Sitges, la Casa Vilahur se encuentra en el Passeig de la Fosca. Hoy asociado al ocio y al paseo litoral, por aquel entonces ya empezaba a adquirir valor urbano, a principios del siglo XX, como espacio residencial privilegiado.

Construir una casa frente al mar significaba incorporar el paisaje mediterráneo como parte de la vida cotidiana y del discurso social de la vivienda.

Imagen histórica de la Casa Vilahur VISIT COSTA BRAVA

En este caso, su propietario, Isidre Bosch Bataller, solo hizo esta apuesta de ostentación en la ubicación. A nivel de diseño exterior fue más discreto.

En la Casa Vilahur, el modernismo aparece de forma contenida, sin exuberancias excesivas, pero con un repertorio formal reconocible.

Imagen burguesa

No se trata de una residencia monumental, sino de una vivienda burguesa que combina funcionalidad y representación, acorde con el perfil económico de sus propietarios.

Isidre Bosch Bataller pertenece a una generación de arquitectos que aplicaron los principios del modernismo catalán fuera de Barcelona, adaptándolos a contextos locales.

Cómo es la casa

La casa, en cualquier caso, se integra en el tejido urbano sin imponerse en escala, pero destaca claramente por su lenguaje arquitectónico.

La fachada de la Casa Vilahur concentra los principales elementos de interés arquitectónico. Destacan las líneas curvas, la asimetría en la disposición de balcones y ventanas y el uso del hierro forjado con motivos vegetales en rejas y barandillas.

Estos elementos enlazan con el imaginario modernista, donde la naturaleza y la ornamentación artesanal ocupan un papel central.

El portal adintelado presenta una decoración vegetal discreta, integrada en el conjunto, mientras que las cornisas y los remates superiores aportan ritmo a la composición. Las ventanas amplias, orientadas hacia el paseo marítimo, refuerzan la relación entre la vivienda y el entorno litoral.

Momento de cambio

Cabe entender, por ello, el contexto. La Casa Vilahur se construye en un momento en el que Palamós empieza a experimentar una transformación urbana significativa.

Sin abandonar su identidad como puerto pesquero, la ciudad incorpora nuevas funciones residenciales y de ocio. La arquitectura modernista aparece como una forma de expresar esta transición.

Fachada de la Casa Vilahur VISIT COSTA BRAVA

En este contexto, la vivienda no solo cumple una función doméstica, sino que se convierte en un indicador del cambio social y económico del municipio.

Su presencia en el paseo marítimo evidencia cómo la burguesía local comienza a ocupar espacios antes ligados exclusivamente al trabajo portuario.

Cómo llegar

Desde Girona, el acceso a Palamós en coche se realiza en un trayecto de aproximadamente 45 minutos. La ruta más habitual consiste en tomar la C-66 en dirección a La Bisbal d’Empordà y continuar posteriormente por la C-31 hasta Palamós.

Desde Barcelona, el trayecto es de alrededor de una hora y media. Lo más habitual es circular por la AP-7 y tomar la salida 9 para enlazar después con la C-35 o la C-31, siguiendo las indicaciones hacia Palamós.

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