Esta es la iglesia favorita de Gaudí, Sant Joan de la Virreina

Esta es la iglesia favorita de Gaudí, Sant Joan de la Virreina WIKIPEDIA

Historia

Esta es la iglesia favorita de Gaudí: está en Barcelona y le diseñó una capilla

El arquitecto modernista veló aquí a su sobrina y a un discípulo suyo

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A pesar de que Gaudí construyó su propia iglesia, la Sagrada Família, el arquitecto también tenía ermitas y parroquias que le inspiraban y a las que acudía con frecuencia. Una de ellas se encuentra muy cerca del lugar donde se alza su obra más famosa.

El creador de la Casa Batlló nunca llegó a señalar cuáles eran sus iglesias favoritas, pero sí hay constancia de una parroquia de Barcelona a la que regresó durante años, casi a diario. De hecho, llegó incluso a diseñar una capilla en su interior. O, al menos, eso sostienen algunos investigadores.

Se trata de la iglesia de Sant Joan de Gràcia, situada en la plaza de la Virreina, en pleno barrio de Gràcia. Es un templo discreto desde el exterior, sin elementos especialmente llamativos, pero que esconde una de las posibles obras religiosas menos conocidas de Gaudí: la capilla del Santísimo Sacramento.

El edificio, construido entre 1878 y 1884, no es modernista. Responde a un estilo historicista propio de finales del siglo XIX. Su sobriedad contrasta con algunos elementos interiores que rompen claramente con la estética general del conjunto.

Un detalle revelador

De una sola nave, con crucero, capillas laterales y campanario integrado, la iglesia fue levantada para dar servicio a un barrio en plena expansión. Sin embargo, su interior resulta singular hasta el punto de haber despertado el interés de los expertos.

Se trata de un rincón concreto del templo: una capilla que, por el uso del trencadís y otras técnicas constructivas, remite al universo gaudiniano. Y si se tira del hilo, la relación no parece en absoluto circunstancial.

Las visitas de Gaudí

Como es sabido, en 1906 el arquitecto se trasladó a vivir al Park Güell junto a su padre, su sobrina y la criada de la familia. Por entonces, el catalán ya estaba inmerso en la construcción de la Sagrada Família.

La relativa proximidad entre ambos enclaves hacía que el genio modernista bajara a pie hasta la basílica de su creación. En ese trayecto, según diversos testimonios, se detenía de forma habitual en la plaza de la Virreina para asistir a misa en la iglesia de Sant Joan de Gràcia.

Mosaico de la Iglesia de Sant Joan

Mosaico de la Iglesia de Sant Joan ARQUEBISBAT DE BARCELONA

Allí coincidía con Francesc Berenguer, amigo íntimo y colaborador estrecho del arquitecto, con quien había trabajado desde 1886 como delineante en obras clave como el Palau Güell.

Berenguer fue también el encargado de dirigir la reconstrucción parcial de la iglesia tras el incendio provocado durante la Semana Trágica de 1909, cuando el templo quedó seriamente dañado. No tenía el título oficial de arquitecto, pero su prolongada colaboración con Gaudí avalaba su experiencia.

Golpeada por la guerra

Fue en esos primeros años del siglo XX cuando se construyó la capilla del Santísimo Sacramento, un pequeño oratorio subterráneo inaugurado en 1909.

Algunos mosaicos de la cúpula resultaron dañados durante la Semana Trágica y también tras la Guerra Civil, cuando se optó por disimular las pérdidas con pinturas que imitan el trencadís original. El resto del espacio, con 14 bancos de madera, se conserva en un notable estado de autenticidad.

Dudas autorales

Durante décadas se atribuyó la autoría de esta intervención a Berenguer, pero el investigador Josep Maria Tarragona, uno de los grandes especialistas en Gaudí, sostiene que la mano del genio modernista es inconfundible.

Según el autor, existen indicios claros: el uso del trencadís en las cúpulas, la caligrafía de las inscripciones en latín, la presencia de la cruz de Malta, la elevación del tabernáculo, las columnas del altar y del comulgatorio con superficies alabeadas y, sobre todo, la abundancia de ángeles estáticos, de pie y con las manos cruzadas sobre el pecho, alejados de la iconografía clásica del ángel volador.

Para Tarragona, que ha dedicado 15 años al estudio de esta capilla, el sello de Gaudí es imposible de imitar, aunque admite que Berenguer pudo participar en su ejecución. Y la capilla no sería la única intervención atribuible al arquitecto.

El investigador sostiene también que el jubé situado en la fachada de la calle de la Creu (una estructura arquitectónica poco habitual en España) podría ser obra de Gaudí. Está formado por un balcón central, coros laterales y una crucifixión superior.

Quién sospecha

Este elemento, utilizado antiguamente para bendecir al pueblo desde el exterior, desapareció tras las reformas litúrgicas del Concilio de Trento. Gaudí tenía previsto incorporar uno similar en la fachada de la Gloria de la Sagrada Família.

Este paralelismo lleva a Tarragona a sospechar que el arquitecto habría utilizado la iglesia de Sant Joan de Gràcia como un campo de pruebas.

Más pruebas

El propio vicario de la parroquia, Ferran Colàs, reconoce que siempre existieron sospechas sobre la intervención de Gaudí, especialmente en las rejas de las capillas de la primera planta, que sobrevivieron a los incendios y presentan rasgos claramente gaudinianos. La autoría definitiva, sin embargo, sigue abierta al estudio.

Todo ello permanece en el terreno de la hipótesis. Son indicios y conjeturas que aún no han sido cerradas. Pero no sería extraño si se tienen en cuenta otros datos: en esta iglesia Gaudí veló a su sobrina y también a Berenguer. Fue un lugar de recogimiento personal y, quizá, una de sus parroquias predilectas. No resultaría descabellado pensar que, por todo ello, dejara allí un diseño a modo de regalo.