El castillo medieval abandonado más impresionante de Barcelona: "Es espectacular"

Las redes sociales están muy mal vistas, pero desde hace años son muchos los creadores de contenido que, en lugar de meterse en política, han decidido recuperar y difundir el patrimonio mundial. Cataluña no es una excepción.

Son centenares las cuentas que se dedican a lo que se ha dado a conocer como urbex. Esta abreviatura de urban exploration no esconde otra cosa que la exploración o visita de lugares abandonados.

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Las personas que se dedican a mostrar estos rincones y edificios, de alguna manera, ponen en valor la historia de Cataluña. Algunos revelan dónde se encuentran, mientras que otros prefieren no desvelar la ubicación y se limitan a narrar qué se esconde en los lugares que visitan.

Visitar sitios abandonados implica ciertos riesgos, pero si se toman las precauciones necesarias, la experiencia puede ser muy enriquecedora. Además, pocos quieren perderse lugares como la Torre del Comte de Fígols.

Una reliquia abandonada

Hace unas semanas, una de estas cuentas describía este lugar como “el castillo más bonito de Cataluña”. Pero abandonado. Aunque no del todo.

Dentro de esta reliquia neomedieval se concentran algunas joyas de arte urbano considerables. Es una forma de devolverle la vida a un espacio inhabitado desde hace décadas.

Torre del Conde de Fígols Wikipedia

Desde hace ya unos años, los artistas urbanos se han apropiado de este castillo abandonado del Berguedà y lo han convertido en un museo completamente distinto.

Aunque no le hacía falta encanto. Tal y como explica el instagramer Adrià Badia, la fortaleza “por dentro es espectacular”. “Cada habitación, cada pasillo, tiene algo que te engancha”, asegura. Y lo dice con motivo, teniendo en cuenta el estado de conservación y los años que acumula el edificio.

La historia del lugar

La Torre del Comte de Fígols es una mansión de estilo neomedieval cuyo origen se remonta a mediados del siglo XIX. Su historia está ligada a un nombre: José Enrique de Olano y Loyzaga, empresario nacido en Liverpool en 1858 e hijo de una familia vasca dedicada al comercio marítimo.

Tras establecerse en Barcelona, Olano se interesó por las oportunidades que ofrecía la minería en el Alt Berguedà. En 1893 adquirió las concesiones mineras de la zona y fundó la empresa Carbones de Berga, S.A. en 1911, convirtiéndose en una figura clave en la modernización de la industria minera catalana.

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La Torre del Comte de Fígols fue construida como residencia temporal para Olano y su familia durante sus estancias en la zona. Aunque se desconoce el autor del proyecto, se especula que podría haber sido obra del arquitecto Enric Sagnier, quien también diseñó una mansión para Olano en la Via Augusta de Barcelona.

Cómo es castillo

La torre presenta una planta rectangular con planta baja y dos pisos superiores, coronados por una terraza con merlones que le confieren un aire de castillo medieval. En la fachada principal destaca un porche semicircular con balustrada, sobre el cual se sitúan dos balcones en las plantas superiores. Las ventanas y puertas, muchas de ellas tapiadas en la actualidad, están rematadas con elementos de estilo gótico.

En el interior se accede a través de un recibidor que conduce a un amplio salón con una gran chimenea. Una escalera principal lleva a las plantas superiores, donde se distribuyen diversas estancias, algunas de las cuales aún conservan suelos de baldosas hidráulicas y restos de decoraciones en techos y paredes.

Un espacio protegido

Tras su uso como residencia, la torre fue adaptada para albergar las oficinas de Carbones de Berga, S.A., función que desempeñó hasta la década de 1980. Desde entonces, el edificio ha permanecido en desuso, siendo objeto de vandalismo y deterioro progresivo.

Hoy en día, la Torre del Comte de Fígols se encuentra en estado de abandono, aunque su estructura principal se mantiene en pie. A pesar de su inclusión en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña como Bien Cultural de Interés Local, no se han concretado planes de restauración ni de reutilización.

Interés en redes

La torre ha despertado el interés de exploradores urbanos y aficionados a la fotografía, atraídos por su atmósfera decadente y por su historia vinculada al auge y declive de la minería en la región. Del mismo modo, muchos artistas urbanos, además de algunos vándalos, acuden para dejar sus creaciones.

A ello se suma su proximidad a otros puntos de interés, como el Museo de las Minas de Cercs, lo que la convierte en un lugar de visita obligada para quienes desean conocer el pasado industrial del Berguedà.

Cómo llegar

Para llegar a la Torre del Comte de Fígols desde Barcelona en coche, se debe tomar la autopista C-16, conocida como el Eix del Llobregat, en dirección a Berga. Desde allí, hay que continuar hasta la salida 107, en dirección a Cercs.

Se sigue por la carretera BV-4025 hacia Fígols y, a pocos kilómetros, tras pasar el núcleo de Sant Corneli, un desvío señalizado permite acceder a la zona donde se encuentra la torre. El trayecto dura aproximadamente una hora y cuarenta minutos.