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En el corazón del Baix Camp, a tan solo 800 metros de Les Borges del Camp, se alza una de las ermitas modernistas más bellas de Cataluña: la Ermita de la Mare de Déu de la Riera. Su diseño, obra del arquitecto Francesc Berenguer i Mestre, la convierte en un auténtico tesoro arquitectónico, evocando el estilo de su maestro y amigo Antoni Gaudí.

Construida entre 1903 y 1904, esta edificación se alza sobre los restos de una antigua iglesia románica del siglo XII dedicada a San Bartolomé. Con una historia marcada por la guerra y la reconstrucción, la ermita es hoy un símbolo de devoción y patrimonio en la región.

Un santuario con raíces medievales

El origen de este enclave sagrado se remonta al siglo XII, cuando Ramon de Ganagot, señor de Alforja, ordenó la construcción de una iglesia en la zona de la Quadra dels Tascals. Este templo primitivo se convirtió en la primera parroquia de los alrededores, sirviendo a la comunidad local hasta que la población de Les Borges del Camp creció y se trasladó a un nuevo núcleo urbano.

La veneración de la Mare de Déu de la Riera data de tiempos inmemoriales. Según documentos del siglo XVIII, los habitantes de Les Borges acudían en romería cada 8 de septiembre para honrar a la Virgen. Con la unificación parroquial en 1735, el santuario fue consolidado como un lugar de culto esencial en la comarca.

Un diseño modernista con esencia gaudiniana

A inicios del siglo XX, los albaceas de Magdalena Martorell, señora de Gener, financiaron la construcción de la actual ermita. Francesc Berenguer i Mestre, estrecho colaborador de Gaudí, diseñó el edificio siguiendo los cánones modernistas. Su estructura, de líneas onduladas y detalles ornamentales inspirados en la naturaleza, recuerda a algunas de las obras más icónicas del modernismo catalán.

Boceto de la antigua ermita de San Bartolomé Wikipedia

El santuario fue bendecido en 1904, pero su historia se vio marcada por la Guerra Civil: en 1939, la ermita fue parcialmente destruida. No fue hasta 1954 cuando el arquitecto reusense Francesc Adell dirigió su reconstrucción, devolviéndole su esplendor original.

Un enclave de devoción y tradición

Hoy en día, la Ermita de la Mare de Déu de la Riera sigue siendo un punto de referencia para los fieles y los amantes del patrimonio arquitectónico. Cada 7 de septiembre, la imagen de la Virgen es llevada en procesión hasta el pueblo, en una celebración reconocida por la Generalitat de Cataluña como "Fiesta Tradicional de Interés Nacional".

La imagen de la Virgen, una talla de madera policromada del siglo XIII, representa la tradición mariana románica tardía. Su presencia en el santuario refuerza el vínculo entre la historia medieval y el modernismo catalán.

Este rincón de Tarragona no solo destaca por su valor arquitectónico y religioso, sino también por su capacidad de transportar al visitante a otra época, donde la espiritualidad y el arte se fusionan en perfecta armonía.

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