La iglesia románica catalana que desafía la física: al borde de un precipicio con vistas espectaculares

La iglesia románica catalana que desafía la física: al borde de un precipicio con vistas espectaculares GUÍAS DEL MONTSEC

Historia

La iglesia románica catalana que desafía la física: un patrimonio arquitectónico del siglo XI al borde de un precipicio

Esta pequeña capilla desafía las leyes de la gravedad pero garantiza unas vistas sobrecogedoras

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Cataluña es sede de románico. Iglesias, templos, ermitas y todo tipo de construcciones originarias de la Edad Media se conservan a la perfección, incluso en los lugares más insospechados.

Buena prueba de ello es la pequeña iglesia que se encuentra a borde de un acantilado, un patrimonio arquitectónico de Cataluña que parece estar al borde del colapso. En realidad no es así, esta ermita es una atalaya perfecta para disfrutar de uno de los paisajes más sobrecogedores del territorio.

Dónde está

El edificio en cuestión es la capilla de la Mare de Déu de la Pertusa y el lugar en el que está ubicado es Corçà, dentro del municipio de Àger. Allí, en lo alto de una montaña se encuentra este conjunto arquitectónico que asombra incluso de lejos. 

Esta pequeña ermita se encuentra en un emplazamiento singular, encaramada sobre un escarpado risco en el acceso sur del Congost de Mont-rebei, un lugar que en los últimos años se ha hecho muy popular entre los amantes del piraguismo y el senderismo.

Vistas increíbles

Muy cerca del antiguo castillo de la Pertusa, la capilla se alza sobre un terreno abrupto, de acceso complicado, especialmente por su lado sur, donde se encuentra un impresionante precipicio

Su ubicación, además de proporcionar un entorno natural sobrecogedor, responde a su función histórica de vigilancia y protección de la entrada al Congost. Desde esta privilegiada atalaya, la capilla ofrece unas vistas espectaculares del embalse de Canelles y las sierras del Montsec d'Ares y Montsec d'Estall.

Una ermita patrimonio

Claro que estas vistas no han sido las que la han llevado a estar incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Su arquitectura es más que interesante.

La iglesia, de estilo románico, es de nave única y está cubierta con una bóveda de cañón ligeramente ultrapasada, lo que le confiere una mayor resistencia estructural. En el extremo oriental, la nave desemboca en un ábside semicircular, conectado a través de un estrecho arco presbiteral. 

Detalles arquitectónicos

El portal, con un arco de medio punto, se orienta al norte, mientras que en la fachada occidental se observa una puerta tapiada, que en su día comunicaba con un anexo hoy desaparecido. Otro aspecto destacado del templo son sus tres ventanas: dos de doble derrame, ubicadas en el centro del ábside y en el muro norte, y una más en el muro sur, de derrame recto. 

En cuanto a los materiales constructivos, la cabecera y la parte superior de la nave presentan muros formados por sillares bien tallados y dispuestos en hileras regulares, mientras que el aparejo del ábside es más rústico, lo que indica diferentes etapas constructivas.

Misterios sin resolver

La capilla presenta dos fases constructivas diferenciadas. La primera, de finales del siglo XI o principios del siglo XII, corresponde al cuerpo principal de la nave. En el siglo XII se llevó a cabo una ampliación y sobrealzamiento de la nave, así como la remodelación del ábside, que probablemente sustituyó a uno anterior de menores dimensiones.

Lo curioso es que, a pesar de que se conocen todos estos datos, poco se sabe del nombre que recibe, "Pertusa". Algunos estudiosos lo vinculan con la mención a "rupem Espatellam" que aparece en documentos de la abadía de Àger del siglo XI.  Por otro lado, en el siglo XII, el topónimo "Espadella" fue sustituido por "la Pertusa".

Primeras menciones  

Lo cierto es que se sabe que en este lugar existió un pequeño asentamiento, como lo demuestra la documentación de un molino en 1209, aunque con el tiempo la población se dispersó en masías.

En cuanto a la iglesia, aparece citada en documentos relacionados con el patrimonio del monasterio de Sant Pere d'Àger y está documentada en un testamento de 1209. Inicialmente, tuvo función parroquial, aunque hoy en día su uso es meramente ceremonial. Los habitantes de Corçà celebran allí romerías el último domingo de mayo y el primer domingo de octubre.

Capilla de la Mare de Déu de la Pertusa

Capilla de la Mare de Déu de la Pertusa WIKIPEDIA

Mitos y leyendas

Acceder allí no es tan fácil. Está en medio de un risco, tal vez por eso, le rodean tantos mitos y leyendas. Se cuenta que un pastor encontró en el lugar una imagen de la Virgen y la llevó al pueblo, pero cada vez que lo hacía, la imagen desaparecía y reaparecía en su emplazamiento original. Interpretando esto como una señal divina, los aldeanos decidieron construir la ermita en ese mismo sitio.

Otra curiosa tradición cuenta que las doncellas que colocaban su dedo meñique en la valla de la puerta tenían garantizado el matrimonio ese mismo año. Aunque estas creencias forman parte del folclore local, aún hoy se mantienen como parte del encanto y misterio que rodea a la capilla.

Cómo llegar

Para llegar hasta allí, primero debe cogerse el coche. Desde Lleida hay un viaje de hora y cuarto. Se recomienda ir por la autovía A-2 en dirección a Balaguer y, una vez allí, continuar por la C-12 en dirección a Àger. Tras atravesar el municipio, hay que seguir la carretera local que conduce al aparcamiento de la Pertusa, desde donde comienza la caminata hasta la capilla. 

Desde Barcelona, ya son dos horas y media en coche. El recorrido más recomendado es por la autovía A-2 en dirección a Lleida hasta la salida de Balaguer y de allí seguir las anteriores indicaciones.