Hubo un tiempo en que Cataluña estaba gobernada por castillos e iglesias. Unos prometían a la ciudadanía la salvación física ante cualquier ataque enemigo, los segundos hablaban de una salvación espiritual.
Poco a poco este tipo de construcciones empezaron a quedar deshabitadas. Las fortalezas cayeron en desuso y los nobles prefirieron acercarse a las grandes ciudades, habitando, primero, palacios y después mansiones. En cuanto a las iglesias, la falta del llamado espiritual ha hecho que espacios como el monasterio de Pedralbes se queden vacíos. Pero siempre hay excepciones.
Dónde está
Hay un castillo en Cataluña donde todavía vive gente. No todo el año, pero sí que sus dueños utilizan esta vieja fortificación milenaria como segunda residencia en verano. Y eso que no está tan cerca de la playa.
El castillo en cuestión se encuentra en lo alto de la sierra del Montsec. Majestuoso, protege el cauce del río Segre, y se eleva en lo alto del municipio, impresionando a todo aquel que lo visita. Con su majestuosa torre milenaria, visible desde lejos, este rincón de Lleida se ha convertido en una de las únicas fortalezas habitadas de Cataluña.
Una fortaleza con historia
La fortificación se encuentra en Montsonís, uno de los pueblos más bonitos de la Noguera y del que obtiene su nombre. Su historia y belleza lo convierten en un destino imperdible para los apasionados por la historia y la arquitectura medieval.
El milenario castillo de Montsonís es considerado una joya medieval que evidencia la gran estrategia militar que hubo tras la fortificación. El pueblo se encontraba en un territorio fronterizo en la época de España ocupada por los árabes.
Castillo de Montsonís, por la noche
Fue el Conde de Urgell quien, en el siglo XI, ordenó edificar esta construcción defensiva para proteger las tierras recién conquistadas a los musulmanes. Pasada esa etapa, cambió de manos varias veces debido a su estratégica posición en la Edad Media, lo que lo mantuvo en contacto constante con el mundo árabe.
Como muchas otras fortalezas en las tierras de Lleida, el castillo de Montsonís ha sido testigo de batallas y episodios históricos. Uno de los momentos clave ocurrió cuando la nobleza catalana se sublevó contra el rey Juan II.
Castillo de frontera
El monarca ordenó el asedio de la torre del homenaje, pero la torre resistió y aún se mantiene en pie, recordando la importancia de este castillo en la historia catalana.
Pero ya desde sus inicios, esta fortificación fue testigo de batallas. La razón es que Montsonís se encontraba en la frontera entre la llamada Cataluña Vieja y la Nueva durante 125 años. Un límite que desapareció hasta la conquista definitiva de Lérida el año 1149.
Conexión con Camino de Santiago
La historia del castillo de Montsonís también se entrelaza con el Camino de Santiago. A finales del siglo XVII, se erigió una iglesia cerca del castillo por mandato de Arnau de Ribelles. Esta iglesia se convirtió en un hospital y lugar de devoción para los peregrinos que llegaban desde Francia.
Este vínculo con el Camino añade otra capa de significado histórico al castillo, conectándolo con una de las rutas de peregrinación más importantes de Europa. En cambio, su construcción no se completó hasta que los actuales Señores de Montsonís, los barones de Albí, finalizaron la construcción y le dieron su aspecto actual.
Una fortificación habitada
A día de hoy, la fortaleza se encuentra en excelente estado de conservación y sigue siendo habitada. Es la actual residencia de verano de los Barones de Albi.
Prueba de que todavía hay gente allí y de alta alcurnia es algo que apenas sucede en los castillos catalanes: en esta fortaleza la bandera continúa ondeando en la torre del homenaje, simbolizando la continuidad y el legado de sus propietarios.
Cómo es por dentro
El castillo de Montsonís y el grupo de casas de piedra tradicionales que lo rodean conservan toda la grandeza y elegancia de la Edad Media. La impresionante fachada exterior del edificio, con magníficos ventanales de estilo gótico y la hermosa torre del homenaje, transporta al visitante a siglos pasados.
El interior del castillo, que todavía se conserva bien, también merece una visita. Incluye espacios como el horno de pan, la prisión, la bodega, la sala de armas, la sala de los escudos y la habitación destinada a los peregrinos, que aún permanece cerrada al exterior como en tiempos antiguos.
Castillo de Montsonís
Abierto al público
Asimismo, en su interior, las salas se revisten de impresionantes tapices y recuerdos de otras épocas, como armaduras y armas de la época. Por otro lado, quien quiera disfrutar de las vistas del Montsec, puede subir a la torre del homenaje para disfrutar de esta bucólica panorámica que desde allí se contempla.
Y es que, a pesar de seguir habido, actualmente, se realizan visitas guiadas que permiten descubrir todos los secretos de la fortaleza y del pueblo de Montsonís. Este recorrido guiado es una oportunidad única para explorar la prisión con sus cadenas de prisioneros intactas y descubrir el mítico pasadizo secreto que solía existir en la bodega y que servía para escapar en caso de asedio.
Cómo llegar
Para acercarse a descubrir el castillo de Montsonís es necesario el coche. Desde Lleida, son solo 45 minutos. Se toma la carretera C-12 en dirección Balaguer y se continúa por la C-26 hasta Artesa de Segre y, finalmente, se sigue por la L-512, que lleva directamente a Montsonís.
Desde Barcelona, el trayecto ronda ya la hora y 45 minutos. Se va por la A-2 en dirección a Lleida y se toma la salida de Tàrrega. Desde allí, se sigue por la C-14 hasta Artesa de Segre y luego por la L-512.