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La imagen que uno tiene de una fábrica es la de las chimeneas. Y si se piensa en una antigua, le viene esa imagen típica de la colonia. Edificios de ladrillo de pocas plantas, normalmente cerca de un río… Y ya si es en Cataluña dedicada sobre todo al textil. Pero esa es una imagen demasiado actual.

Aunque cueste de creer, antes de la historia antigua ya había algo parecido a las fábricas. Espacios dedicados a la elaboración de herramientas que servían para la caza y otros menesteres. Así lo han revelado diferentes yacimientos arqueológicos, y en uno de Tarragona se ha hallado la que se considera la fábrica más moderna de la prehistoria.

Dónde está

El descubrimiento se ha producido en el poco conocido Barranc de la Boella. Este yacimiento, situado en La Canonja (Tarragona), se ha consolidado como un referente en la arqueología europea al revelar evidencias de comportamientos tecnológicos avanzados de los homininos que lo habitaron hace entre 900.000 y 780.000 años

Un estudio reciente, liderado por el Dr. Diego Lombao y publicado en la revista Journal of Paleolithic Archaeology, destaca la sofisticación de las herramientas de piedra fabricadas en este enclave y su importancia en la evolución tecnológica de Europa.

Fabricación planificada

La investigación, realizada por un equipo del IPHES-CERCA y otras instituciones, ha documentado que en este espacio se producían herramientas de gran tamaño como hachas y picos, fabricadas con materias primas locales mediante técnicas de talla bifacial. 

Estas herramientas no solo evidencian una planificación eficiente en su fabricación, sino también una diferenciación en la gestión de los recursos. Por ejemplo, mientras que el sílex se destinaba a herramientas más pequeñas, el esquisto se empleaba para utensilios más grandes y robustos.

Yacimiento arqueológico IPHES

El estudio también sugiere que las primeras fases de fabricación de las herramientas probablemente se llevaban a cabo fuera del yacimiento, siendo transportadas a los lugares donde se necesitaban. Este comportamiento denota anticipación y flexibilidad, rasgos asociados a una elevada capacidad cognitiva. 

Los responsables de este descubrimiento revelan que este hallazgo único atestigua el cambio tecnológico de los homininos en Europa. En sus palabras, las herramientas encontradas, además de ser utilitarias, dejan ver una planificación sofisticada y un uso eficiente de recursos.

Un hito

Por eso, los investigadores sostienen que el Barranc de la Boella representa un hito en las primeras dispersiones humanas en Europa. Las herramientas y estrategias documentadas muestran similitudes con yacimientos como Ubeidiya, en el Levante, lo que refuerza la hipótesis de que estas innovaciones llegaron al continente a través de múltiples migraciones desde África

Estas oleadas de dispersión trajeron nuevas tecnologías y reflejan contactos culturales y adaptaciones a diferentes entornos. Algo que también pasó con la revolución industrial. De allí que se considera la fábrica prehistórica más ‘moderna’ de Europa.

Cómo es el yacimiento

Este descubrimiento reduce la brecha tecnológica entre Europa, Asia y África, evidenciando que las poblaciones europeas de hace un millón de años ya compartían elementos tecnológicos con las africanas. De hecho, aseguran que la innovación tecnológica no fue lineal, sino fruto de múltiples oleadas de dispersión de poblaciones.

Pero este  descubrimiento, no es el primero que se sucede en El Barranc de la Boella, que incluye localizaciones como La Mina, El Forn, Cala y, uno de los yacimientos más antiguos del Modo 2 o Achelense en Europa. Finalmente, han sido las investigaciones en la unidad II las que han sacado a la luz las herramientas de piedra y restos animales que permiten reconstruir los hábitos de subsistencia de los homininos. 

En uno de los niveles se han hallado evidencias de procesamiento y descarnado de un mamut meridional (Mammuthus meridionalis), lo que destaca la capacidad de estos grupos para aprovechar grandes recursos animales.

En La Mina también se han encontrado signos de interacción con depredadores como hienas y grandes felinos, lo que sugiere que los homininos debían competir con otros carnívoros en un entorno cambiante. Este contexto refleja su capacidad de adaptación y supervivencia en condiciones difíciles.

El proyecto de excavación en el Barranc de la Boella forma parte de un programa más amplio sobre la evolución del paleoambiente y el poblamiento prehistórico en las cuencas de los ríos Francolí, Gaià y Siurana, financiado por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de La Canonja. Además, el municipio ha inaugurado el Espai Mammuthus, un centro de interpretación dedicado al yacimiento que busca fomentar el turismo cultural y divulgar los descubrimientos.