Las masías son unas construcciones tradicionales catalanas que empezaron a construirse en las zonas agrícolas. Suelen ser casas de dos o más plantas, ya que la parte inferior estaba destinada al almacenaje de herramientas y productos agrícolas o donde se guardaban los animales y la planta superior para la vivienda.
Todavía quedan algunas en Cataluña que siguen esta lógica y cumplen esta función, pero la mayoría se han convertido ya en viviendas cuando no en alojamientos de turismo rural. O, simplemente, un modelo arquitectónico más.
Unas masías distintas
Lo cierto es que las masías se relacionan siempre a Cataluña y a unas edificaciones situadas en zonas aisladas. Su estructura típica incluye muros gruesos de piedra, tejados de teja inclinados y grandes espacios interiores. Pero, ¿y si les decimos que hay unas masías en Cataluña que no obedecen a nada de esto?
Les Masies de Sant Miquel es un área arqueológica situada en Banyeres del Penedès (Tarragona) que sorprende por su forma, su estructura y, sobre todo, su antigüedad. Se trata de uno de los enclaves más importantes y mejor conservados de Cataluña declarados patrimonio cultural.
Dónde están
Este vasto espacio, que alberga siglos de historia, se encuentra en el Penedès y abarca un amplio período cronológico que va desde la primera edad de hierro hasta la época romana, con una ocupación continuada que se extiende incluso hasta la Edad Media. La combinación de yacimientos de distintas épocas y su estado de conservación convierten a Les Masies de Sant Miquel en un punto clave para el estudio del pasado de la región.
La zona destaca por contener tres yacimientos arqueológicos significativos: el poblado ibérico de Les Masies de Sant Miquel, la necrópolis de Can Canyís y la villa romana de Grita Vella. Cada uno de estos yacimientos ofrece una ventana única a distintas etapas de la historia de la región, mostrando cómo la zona fue testigo de importantes cambios culturales y sociales a lo largo de los siglos.
Les Masies de Sant Miquel
Uno de los elementos más destacados de esta área es el poblado íbero de Les Masies de Sant Miquel, cuya extensión es notablemente superior a la de otros yacimientos contemporáneos del Penedès. Este asentamiento fue testigo, entre los siglos VI a.C. y II a.C. de la evolución de la cultura íbera y su eventual romanización. La cerámica encontrada en el sitio, junto con las excavaciones realizadas, sugieren que el poblado atravesó diferentes fases constructivas, lo que subraya la importancia y continuidad de la ocupación en esta área durante varios siglos.
El tamaño del poblado, que abarca unos 70.000 metros cuadrados, y su excepcional estado de conservación, con estructuras que alcanzan hasta tres metros de altura, hacen de este uno de los asentamientos ibéricos más grandes y mejor conservados de Cataluña. Este hecho ofrece una oportunidad única para la investigación y para la puesta en valor del sitio como recurso turístico y cultural.
La necrópolis
Por su parte, la necrópolis de Can Canyís, descubierta en 1960, aporta una visión aún más detallada de la vida en la zona durante la época ibérica. Este cementerio, datado de los siglos VI y V a. C., ha sido objeto de estudio en diversas campañas arqueológicas, que han revelado una gran cantidad de material, demostrando su importancia como uno de los enterramientos ibéricos más relevantes de Cataluña, comparable con sitios emblemáticos como Ullastret o las necrópolis del Baix Ebre.
La singularidad de Can Canyís radica en su asociación directa con el poblado de Les Masies de Sant Miquel, algo poco común en los yacimientos íberos. Esta relación directa entre un asentamiento y su lugar de enterramiento proporciona una valiosa información sobre las prácticas funerarias y sociales de la época, y refuerza la idea de que aún quedan muchos secretos por descubrir en la zona. Y es que, a pesar de que una pequeña parte de la necrópolis fue destruida en los años 60, los materiales recuperados hasta ahora demuestran que estamos ante uno de los yacimientos más importantes de la región.
Una villa romana
Por último, la presencia de la villa romana de Grita Vella es otro de los elementos clave que hace de Les Masies de Sant Miquel un yacimiento arqueológico único. Esta villa, de los siglos I a. C. y II d. C., se superpone parcialmente sobre las estructuras del poblado ibérico, lo que evidencia una continuidad en el uso de la tierra a lo largo de varios siglos. Un ejemplo claro de la romanización de la zona cuando el imperio llegó a Hispania y de su importancia dentro del proceso de integración de la cultura ibérica en el mundo romano.
Además, la existencia de la ermita de Sant Miquel, cuyos orígenes se remontan al siglo XII, muestra que la ocupación del territorio se prolongó durante la Edad Media, lo que añade un valor histórico aún mayor al conjunto arqueológico. Este continuo uso del área a lo largo de los siglos demuestra que Les Masies de Sant Miquel fue un punto neurálgico en la historia del Penedès, a pesar de que ahora Banyeres es un pueblo que pasa desapercibido.
Banyeres del Penedès
La historia de esta localidad es milenaria, como evidencian Les Masies, aun así, la primera mención escrita del municipio data del año 938, aunque fue en el siglo XIII cuando se tienen las primeras referencias del Priorat de Banyeres.
Más allá de las ruinas mencionadas, el pueblo en sí cuenta con un gran atractivo, gracias a su pasado medieval. Son visibles los elementos propios de la Edad Media en la parte antigua de la localidad, donde se alzan los restos de una torre de guardia, situada en el pic del Puig a 172 metros de altura.
Qué ver
Otro de los tesoros patrimoniales del municipio destaca la Ermita de Santa Maria del Priorat, una construcción que combina elementos del estilo románico y gótico. Originalmente, la ermita contaba con una sola nave románica, a la que posteriormente se añadió otra nave con ábside en una fase de transición al gótico. Esta ermita es el último vestigio del antiguo Priorato Benedictino que se encontraba en este mismo lugar, un importante testimonio del pasado religioso de la región.
Todo ello, sumado a la riqueza natural y recursos arqueológicos, hace de Banyeres un lugar a descubrir y para echar una mirada al pasado de Cataluña. La calidad de las estructuras descubiertas y gran cantidad de material recuperado en la zona de la necrópolis, convierten a Banyeres y Les Masies de Sant Miquel en un lugar de estudio y visita casi obligada.
Cómo llegar
Para llegar a Banyeres del Penedès desde Barcelona en coche, la ruta más directa es tomar la autopista AP-7 en dirección sur. Tras unos 50 kilómetros, se debe tomar la salida 31 hacia la carretera C-32, que lleva hacia Vilafranca del Penedès. Continuando por la C-32, se encuentra la salida hacia Banyeres del Penedès, donde un breve trayecto por la carretera local conduce al centro del municipio.
Otra opción es utilizar la autopista AP-2 desde Barcelona, tomando la salida hacia Vilafranca y luego enlazando con la carretera N-340. Siguiendo las indicaciones hacia Banyeres del Penedès. Ambos trayectos permiten disfrutar de un acceso rápido y cómodo a esta localidad histórica y se recorren en menos de una hora.