Las clases de Historia del colegio e instituto son o la tortura de muchos o uno de los momentos más apasionantes para otros. La Historia es como la ópera, que diría Richard Gere en Pretty Woman, o la odias o la amas. Y si te pasa lo primero, no es que nunca la logres entender, es que todo lo aprendido se te olvidará.
Esto les pasa a muchos. Conocer toda la historia no ya del mundo, sino de Cataluña, puede ser una tarea mayúscula. Pero lo cierto es que en las clases de historia e incluso en las de historia del arte, se aprenden cosas muy interesantes.
La obra olvidada
Una de las cosas que se aprenden en estas clases es que la comunidad autónoma tiene rincones increíbles. Uno de ellos es el monasterio de Santes Creus, uno de los templos religiosos más increíbles de Cataluña y con un pasado ligado a los principales reyes de este territorio.
Considerado patrimonio histórico de España, esta abadía situada en la provincia de Tarragona eses un ejemplo de la arquitectura de la Edad Media y testimonio de la historia de Cataluña. Por su claustro han paseado como Pere III y Jaume II, personajes cuyos cuerpos yacen allí enterrados.
Orígenes de Santas Creus
Desde sus orígenes, el monasterio contó con un modesto claustro románico construido a finales del siglo XII y principios del XIII. Una parte de la que se conserva poco, ya que Jaime II ordenó su demolición en 1313, sin perturbar las dependencias existentes en el entorno claustral. Del claustro original, solo pervive el templete que alberga la pila-lavadero, donde los monjes se purificaban tras las labores agrícolas. Este templete de planta hexagonal exhibe arcos de medio punto sobre columnas de doble fuste, con una cubierta de crucería que ostenta la cruz heráldica del monasterio.
Por otro lado, la columna central que conectaba con el claustro fue eliminada para ampliar el acceso, y la cubierta exhibe una crucería con porciones de bóveda apuntada, destacando la cruz heráldica del monasterio. Aun así, mantienen su encanto, tanto que National Geographic lo ha incorporado en la lista de claustros más espectaculares de España, siendo el único situado en Cataluña.
Un claustro único
A pesar de que la mayor parte del claustro ha desaparecido, el que se reconstruyó entonces y del que se mantiene prácticamente todo, no desmerece tanto. De allí que sorprenda a la prestigiosa revista de viajes.
Fruto de la maestría del inglés Reinard de Fonoll y continuado por Guillem de Seguer, el actual es un claustro fundamentalmente gótico. En él se aprecian los grandes arcos agudos que cobijan elaboradas tracerías que parten de las columnas laterales y otras dos en el centro.
En total se despliegan cuatro galerías cubiertas con bóvedas de crucería. Uno de los puntos que más destaca son sus ocho ventanales en las crujías mayores y los otros siete en las menores. Su apertura deja pasar la luz creando una atmósfera celestial a un espacio de refinado estilo gótico, exultante en sus arcuaciones, estilizadas columnas y bóvedas de ojiva.
Por lo que respecta a los capiteles, el trabajo escultórico es casi de orfebrería. Ricos en iconografía, narran diversas escenas bíblicas y exhiben motivos vegetales. Pero sobre todo destaca la gran cantidad de animales góticos, mitológicos y fantásticos que han hecho correr ríos de tinta en diversos estudios y novelas. Una de las cosas que más encanta a la publicación internacional.
Tumbas de reyes y nobles
En este rincón sublime reposan las tumbas murales de nobles catalanes y otras pinturas que incluyendo una representación de la Anunciación que dan vida a las paredes que han sido testigos de siglos de historia.
El atractivo de este lugar es tal que la prestigiosa publicación National Geographic rinde homenaje a este monumento nacional en varios artículos de la revista, en los que destaca el claustro de forma especial. Subraya que los tres monasterios de Santes Creus se caracterizan “por una arquitectura sobria”, sin embargo, el claustro “se saltó esta condición con una decoración exuberante de figuras de todo tipo”.
Más allá del claustro
Pero más allá del claustro, el monasterio brilla también por su monumentalidad. Fundado en 1160, Santes Creus vivió su época dorada entre los siglos XIII y XIV, marcada por su estrecha vinculación con la nobleza y el linaje real. La iglesia, abierta al culto en 1225, es un testimonio de la transición del románico al gótico.
Aunque emana una sensación de ligereza y grandeza, la iglesia es un templo sólido y austero que contrasta marcadamente con el esplendor del claustro, erigido en el siglo XIV como el primer ejemplo de estilo gótico en la Corona de Aragón. Con una arquitectura sólida y austera, la abadía encarna el modelo canónico de los monasterios del Cister, compartiendo distinción con Vallbona de les Monges y Poblet.
Secretos y horarios
Por último, destacar uno de los datos más curiosos y desconocidos de esta abadía es su antiguo comedor común, del siglo XIV, que posteriormente se convirtió en una bodega destinada a la producción de vino. Actualmente dicha bodega está gestionada por una conocida marca de cava, Codorníu.
Todo ello se puede visitar a lo largo de todo el año. En invierno, del 15 de septiembre al 14 de junio, el horario es de lunes a sábado de 10h a 12.30h y de 15 h a 18 h. Los domingos y festivos de 10.30 h a 12.30h y de 15 h a 18 h. En verano, del 15 de junio al 14 de septiembre, es de lunes a sábado de 10h a 12.30h y de 15 h a 18.30 h. Los domingos y festivos son de 10.30 h a 12.30h y de 15 h a 18.30 h.
Cómo llegar
Para llegar al monasterio de Santes Creus desde Barcelona en coche, se debe tomar la autopista AP-7 en dirección a Tarragona. Tras recorrer unos 60 kilómetros, se debe tomar la salida 12 hacia la AP-2, en dirección Lleida/Zaragoza. A continuación, se sigue por la AP-2 durante unos 30 kilómetros hasta la salida 11, señalizada hacia Vila-rodona. Desde allí, se continúa por la carretera TP-2002, que lleva directamente hasta el municipio de Aiguamúrcia, donde se encuentra el monasterio.
Una vez en Aiguamúrcia, el trayecto hasta el monasterio es sencillo, ya que el lugar está bien señalizado. Se sigue por la carretera local que cruza el pequeño núcleo urbano hasta llegar al aparcamiento situado en las cercanías del monasterio de Santes Creus. El trayecto total desde Barcelona es de aproximadamente una hora y cuarto, dependiendo del tráfico.