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Ni Gerunda ni Tarraco: así es el pueblo romano más desconocido de Cataluña

Este asentamiento fue más grande que la antigua Barcino y tenía unas enormes termas

13 julio, 2024 09:00

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Los romanos tuvieron varios asentamientos en diversos puntos de Cataluña. Empúries fue uno de los primeros. Allí ya se habían establecido los griegos y los echaron para entrar ellos. Más adelante llegarían a Tarraco, Barcino, Gerunda e Ilerda, actuales capitales de provincia y a diversos puntos más.

Tarragona sin duda fue la capital. El circo, el anfiteatro, el teatro y las murallas que todavía se mantienen en pie así lo acreditan. En cambio, hay otros puntos menos conocidos y que poco a poco se descubren como puntos claves.

El pueblo romano desconocido

Uno de estos pueblos que apenas se conocía ni se conoce a día de hoy, está en el corazón de Cataluña, a las afueras de Guissona. Se trata de Iesso, un antiguo pueblo romano que, a diferencia de otras ciudades romanas, no ha sido completamente cubierta por la urbanización moderna. 

La antigua Iesso, albergaba aproximadamente a 20.000 habitantes y ocupaba una extensión dos veces mayor que la de Barcino (Barcelona), fue una importante capital interior del Imperio Romano. El problema es que todo lo que se conserva no es tan monumental.

Cómo era Iesso

Esta ciudad vivió una larga época de prosperidad de 700 años, basada en el cultivo y una intensa actividad comercial. Iesso estaba amurallada, y su trazado urbano seguía el plan típico romano, con dos ejes principales: el cardo maximus (norte-sur) y el decumanus maximus (este-oeste).

La actividad constructiva y comercial de Iesso continuó hasta la época visigótica en el siglo VI. Sin embargo, el periodo que sigue a la disolución del Imperio Romano permanece en gran medida desconocido en la historia de Guissona. Eso tiene su parte buena y su parte mala.

Por un lado, durante mucho tiempo se ha ignorado la existencia de estas ruinas, por el otro lado, le confiere una potencialidad arqueológica considerable, permitiendo a los expertos explorar y documentar con precisión la actividad urbanística desplegada alrededor del año 100 a.C., un momento crucial en la configuración de la red urbana que influiría en las ciudades modernas.

Hoy en día, el Parque Arqueológico de Iesso ofrece una ventana única para conocer el urbanismo y las transformaciones de la ciudad romana a lo largo del tiempo. Entre sus hallazgos más destacados se encuentran el gran edificio de las termas públicas, los restos de una instalación para la producción de vino y una gran casa señorial organizada alrededor de un patio central.

Trabajos arqueológicos

Los trabajos principales para descubrir todos estos edificios se han centrado principalmente en la zona correspondiente a las termas públicas de la ciudad, con el objetivo de identificar los diferentes ámbitos y estructuras que conforman el edificio termal y establecer su secuencia crono-evolutiva. Los trabajos científicos en la Zona de las Termas comenzaron en 1975, con un equipo de la Universidad de Barcelona liderado por el Dr. Josep Guitart. 

El edificio termal de Iesso, en su máximo esplendor, ocupaba unas dimensiones aproximadas de 1500 m2 y presentaba un mínimo de tres fases de reformas entre los siglos I a.C. y II d.C.

La investigación en Iesso no solo ha permitido conocer la estructura y funcionamiento de esta antigua ciudad romana, sino también comprender mejor la vida cotidiana de sus habitantes. La producción de vino, las avanzadas instalaciones termales y las grandes casas señoriales reflejan una sociedad próspera y bien organizada. 

La importancia de estos hallazgos reside en su capacidad para iluminar aspectos clave del pasado romano de Cataluña, ofreciendo una visión detallada y fascinante de una ciudad que, aunque menos conocida que Gerunda o Tarraco, desempeñó un papel crucial en la historia de la región.

Cómo llegar

Para llegar a las ruinas de Iesso en Guissona desde Barcelona, lo más rápido es ir por la autovía A-2 en dirección a Lleida. Después de aproximadamente 80 kilómetros, se toma la salida 518 hacia Cervera, desde donde se sigue por la carretera L-311 hasta Guissona. Este recorrido de unos 120 kilómetros se realiza en aproximadamente una hora y media.

Otra opción es el transporte público, que combina tren y autobús. Desde la estación de tren de Barcelona Sants, se puede tomar un tren hacia Cervera, un trayecto que dura alrededor de una hora y media. Al llegar a Cervera, se puede tomar un autobús que conecta directamente con Guissona, con una duración adicional de unos 30 minutos.