No solo la Costa Brava define Cataluña. Aunque menos conocida y menos atractiva para muchos, la Costa Dorada ofrece paisajes impresionantes y pueblos históricos fascinantes que esconden historias y que merece la pena conocer y visitar.
Este municipio en Tarragona combina todo lo que se busca para una escapada perfecta. Hay opciones para todos: amantes del mar, apasionados por la historia y entusiastas de las leyendas. Estamos hablando de Altafulla.
Qué hacer y qué ver en Altafulla
El casco antiguo, conocido como Villa Closa, es un imprescindible. Esta zona nació como una ciudad amurallada en el siglo XI. Allí, se encuentra el Castillo de Montserrat, una fortaleza situada en el punto más alto del lugar.
Ya en las calles del municipio, se puede explorar el museo etnográfico para conocer la historia agrícola del área, visitar la iglesia de Sant Martí, caminar por la calle del Forn y llegar a la Plaza del Pou, donde se erige un monumento a los castellers.
Al recorrer este entorno, es recomendable prestar atención a los nombres de las calles, ya que muchas de ellas llevan nombres de brujas. Altafulla tiene algo para todos. Cerca de la playa, se puede visitar el barrio de Les Botigues de Mar, con sus casitas blancas del siglo XVIII que inicialmente servían como almacenes para pescadores. Hoy en día, son viviendas y tiendas encantadoras que destilan historia.
Finalmente, destaca otro lugar icónico: los Munts d’Altafulla. Estas ruinas romanas fascinantes son los restos de una mansión construida por el gobernador de la antigua Tarraco, Caius Valerius Avitus, y su esposa Faustina en el siglo I. Aunque fue abandonada tras un incendio en el siglo III, aún se pueden admirar mosaicos y estructuras de los estanques, almacén, termas y habitaciones de la domus.
¿Qué relación tienen las brujas con este pueblo de Tarragona?
Altafulla se enorgullece de su historia de brujas. Cada año, a finales de junio, se celebra la Nit de les Bruixes, un evento que dura varias noches. Las leyendas sobre estas mujeres están recogidas en diversos libros disponibles en la ciudad. Se dice que muchas eran llamadas brujas por ser mujeres libres que utilizaban pasadizos secretos para realizar rituales en la playa.
Otras leyendas que encontramos en la Costa Dorada
De esa época, se conservan varias tradiciones. Por un lado, el señalamiento de ciertas mujeres, y por otro, el uso de piedras preciosas para atraer prosperidad, alejar malas energías y cuidar la salud. Estas piedras se pueden encontrar en el mercado medieval que se celebra a finales de junio.
Algunos residentes pueden compartir rituales antiguos que, según cuentan, ayudaban a estas mujeres a conseguir sus objetivos. Estos relatos, reales o no, añaden un encanto especial a Altafulla.
Así es la playa más icónica de Tarragona
Y si las brujas acudían a la playa, ¿por qué no hacerlo los turistas? La playa de Altafulla, con más de un kilómetro de extensión, ofrece una arena dorada y aguas cristalinas donde se puede apreciar la flora y fauna marina. Además, la playa está coronada por el impresionante castillo de Tamarit. Bajo este, hay una cala que proporciona tranquilidad a quienes buscan un lugar más privado.
Cómo llegar a Altafulla
Es bastante sencillo llegar a este lugar. En coche, se accede por la autopista AP-7, tomando la salida hacia esta localidad. Otra alternativa es el tren, con servicios regionales de Renfe que parten desde Barcelona y llegan directamente a la ciudad.