Todas las iglesias guardan una gran historia. Sea por la leyenda de la virgen, su construcción o sus esculturas siempre hay algún secreto que puede pasar desapercibido al visitante. Pero hay uno que destaca por lo deportivo y por el fenómeno fan que hay detrás. Se trata del escudo del Barça escondido en la mal llamada Catedral del Mar.
La novela de Ildefonso Falcones ha rebautizado la que siempre fue la iglesia de Santa María del Mar, una basílica creada por y para el pueblo en réplica a la edificación de la Catedral de Barcelona. Los trabajadores y vecinos del barrio de la Ribera de la ciudad decidieron dar respuesta a esa construcción que proyectaron los nobles y decidieron erigir su propia iglesia con ayuda del arquitecto Berenguer de Montagut.
Barça y catedral del mar: el origen
Era el año 1329 cuando la iglesia situada en el actual barrio del Born se empezó a construir. Colaboraron mucho los descargadores del puerto, grandes devotos de la virgen que ayudaba a pescadores y marines, de hecho, pero no. El F.C. Barcelona no entró todavía en aquellos años.
Por mucho que el templo finalizara sus obras en 1383, por aquellas fechas todavía no existía el famoso club de fútbol. De hecho, hasta 1899 no se fundaría el equipo “que da nombre a la ciudad”, como diría Josep Lluís Núñez, famoso expresidente del Barça.
Un incendio en plena guerra
El equipo culé aparece en los años 60 en la historia centenaria de este edificio. Pero antes, uno tiene que repasar un poco la historia. 1936, la Guerra Civil había arrancado. Eran principios de agosto, no había pasado ni un mes del golpe de Estado perpetrado por Franco y Barcelona ya era esa Rosa de Foc. Literal.
Entre el 3 y 4 de agosto la iglesia de Santa María del Mar, la del pueblo, empezó a arder. Así estuvo durante 11 días. Los desperfectos fueron de notable consideración y la reconstrucción llevó décadas.
Los inicios del 'crowdfunding'
Pasaron más de 30 años desde que el fuego acabó con buena parte de la catedral del mar. Uno de los elementos más afectados fueron los famosos vitrales. En los años 60 aún se podrían apreciar los daños y decidieron tomar medidas.
Como si una campaña de crowdfunding de ahora se tratara, los responsables de la iglesia buscaron patrocinios para rehacer esos mosaicos de las ventanas. Fue entonces cuando el F.C. Barcelona entró en la ecuación.
Una iglesia muy culé
El equipo culé invirtió 100.000 pesetas de la época, o lo que ahora son 601 euros. Una fortuna para entonces que sirvió para darle una nueva vida y, sobre todo, una nueva luz al templo.
Bastó con ese dinero para que Pere Cánovas Aparicio diseñara y ejecutar un nuevo vitral para la iglesia. Fue allí que se instaló entonces el escudo del Barça. Un emblema de la ciudad, del club y, en Santa María del Mar, de la iglesia.
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