Las fotos pueden dar lugar a confusión. Las columnas y ventanas de este edificio pueden recordar a la Alhambra de Granada o incluso a ciertos arcos de la catedral de Córdoba. Nada que ver. Las siguientes imágenes de este artículo pertenecen a un bloque de viviendas de Barcelona.
La capital catalana, conocida por sus edificios modernistas, cuenta en su haber con algunas construcciones de estilo arábico o, mejor dicho, andalusí. Pero de entre todos ellos, destaca uno que está oculto incluso a ojos de un barcelonés medio, se trata del Edificio Alhambra. Sí, su nombre ya da pistas.
Misterios varios
Esta construcción no es tan antigua como muchos creen y oculta un montón de misterios sobre su origen. Para empezar se le atribuye el diseño al arquitecto Domènec Balet, aunque algunos no tienen claros que los planos correspondan a él.
Otro misterio que pesa sobre este edificio son las razones por las que se encargó un edificio. La más popular asegura que fue una petición de un hombre de Berlín que en el siglo XIX, viendo ya las posibilidades de una zona como la de Sant Gervasi-Galvany, quiso hacerse un piso para él y su esposa. Ella, era de Granada, y él quiso hacerle este regalo para que no echara de menos su tierra.
Versión catalana
Algo parecida es la segunda versión. Por voluntad o certeza de dar cierto empaque a la construcción de esta zona, se cuenta que fie el propio Castelló Galvany, quien fuera propietario de estas tierras, quien hizo el encargo.
La historia se repite. La mujer del noble era de origen granadino y decidió, en una actitud que ahora podría considerarse muy paternalista, construirle todo un edificio para que la mujer se sintiera como en casa.
Dos nombres para la Historia
Una tercera versión de esta misma historia vuelve a la temática germano-española, pero le pone nombres propios de renombre. El alemán sería el doctor Otto Streitberger, la esposa andaluza, Rosario Pequeño.
La pareja estuvo largo tiempo viviendo en Berlín, pero, pasados los años, y aprovechando que en 1854 Barcelona había derribado sus murallas para crecer hacia la montaña, el médico y empresario decidió acercarse al país de su mujer.
Apertura de Barcelona y electroshock
Sant Gervasi todavía era una zona independiente de la ciudad. Allí, Galvany compró unos terrenos de la zona en 1866 para especular y, nueve años más tarde, le vendería una parcela al alemán. Los datos están allí y la vía donde se encuentra el Edificio Alhambra se denomina calle del berlinés.
Para los que se pregunten quién era esa figura tan importante, apuntar dos cosas. A pesar de recibir el nombre de doctor, Streitberger, en realidad, empezó vendiendo máquinas de escribir, bicicletas, calefacciones y automóviles. No sería hasta más adelante, junto a su esposa, que no crearían a Elektra, la máquina de electroterapia que tantos estragos causó. Tras la muerte del doctor, ella seguiría con las terapias y vendería las distintas dependencias del inmueble.
¿Se puede visitar?
Al margen de estas historias, quienes viven allí saben que este edificio es un monumento en sí mismo. Ellos y algunos afortunados que han podido entrar y disfrutar de la reproducción del patio de los Leones que hay en su interior y de sus increíbles arcadas que lo rodean, con los típicos mosaicos mudéjares.
Los que no viven allí, se tienen que conformar con contemplar los ventanales de ese mismo estilo o neomudéjar, como se le llama por ser una corriente surgida en el siglo XIX, desde fuera. Antes, se organizaban visitas guiadas e incluso cuando había portero se le podía pedir el acceso. Esa época en cambio ya ha pasado y no se puede entrar si no es con el permiso de un inquilino.