Hay pueblos que vistos desde las alturas recuerdan a las formas de la naturaleza. Si hay entramados de calles que conforman el mapa de España, el de Talarn parece un enjambre de abejas que crece elevando en medio de una colina del margen derecho de la Noguera Pallaresa.
Bajar a pie de calle, da otra vista privilegiada. Su ubicación la hace no apta para las personas con vértigo. Al estar en medio de un monte, debajo suyo queda solo un acantilado con unas increíbles vistas a la ciudad de Tremp, la ciudad que le quitó la capitalidad del Pallars Jussà.
Origen
Sí. Este pequeño pueblo de tan sólo 591 habitantes fue en su día el origen de la gran ciudad que ahora queda a sus pies. Su situación, a 572 metros de altura en medio de una colina la hicieron crecer menos de lo que se pudo permitir.
En cualquier caso, esta población, que empezó a estar habitada en el siglo XI, se fue extendiendo a lo largo de la colina. Primero alrededor de la iglesia de Sant Martí, luego, llegaron las construcciones en torno al castillo y más adelante las construcciones fueron bajando hacia al valle. Tanto es así que en 1959 tuvo que ceder cerca de dos kilómetros cuadrados de su término municipal a Tremp, con la que casi conectaba.
De un castillo a la nobleza
Su crecimiento fue progresivo, las calles se fueron tejiendo desde la Edad Media y su trazado ha permanecido tan desordenado como intacto desde el siglo XVII. Fue entonces el momento más brillante de su historia.
Hasta esta fecha, solo era un dominio feudal de los nobles que habitaban el castillo. Una edificación que se empezó a proteger y amurallar durante las guerras de la Edad Media. El castillo y su situación estratégica la hicieron ideal para dominar el territorio y se convirtió en villa real a principios de 1500. De aquella época queda parte de las murallas y la Torre de la prisión y el antiguo patio de armas, el Pla del Castell.
Talarn y los nobles
Fue, como decíamos, a partir del siglo XVII que la villa se empezó a abrir y muchos nobles se empezaron a sentir atraídos por el municipio. Las casas nobles y señoriales se impusieron por la calle Mayor y de Pau Coll. A día de hoy, algunas de ellas todavía se conservan. De todas, destaca la casa del Baró d’Eroles, uno de los nobles más importantes de la época.
Desde entonces la ciudad no paró de crecer. Prueba de ello es el trazado de las calles actuales que descienden por la colina de forma desordenada y le dan este aspecto que todavía enamora a los visitantes de hoy en día.
Qué ver
Los que se acercan también pueden recorrer otros puntos cercanos y que pertenecen al término municipal de Talarn. Para los amantes del senderismo y de los paseos por la naturaleza, pueden pasearse por los alrededores del pantano de Sant Antoni y visitar su histórica esclusa de 82 metros que, en el momento de su construcción, a principios del siglo XX, fue la más grande de Europa.
Si uno es más fan de la arquitectura y de la historia, también tiene la opción de acercarse al caserío de Nerets o al antiguo despoblado de Castelló d'Enclús. Asimismo, a pocos kilómetros todavía está la Academia General Básica de Suboficiales.
Cómo llegar
Talarn se encuentra a menos de dos horas y media de Barcelona. La vía más rápida tomar la A-2 hasta Cervera y desviarse por la C-14 hasta la salida hacia Tremp.
Una vez en la nueva capital del Pallars Jussà se coge la C-13 que llega directo hasta la colina de Talarn. Las vistas y la visita no defraudan.