Los avances de la ciencia y la tecnología y la necesidad de fomentar aspectos como la higiene o los hábitos de vida saludable han derivado en un considerable aumento de la esperanza de vida y, con él, un creciente envejecimiento de la población.
Inevitablemente, envejecer comporta sufrir progresivamente una serie de cambios físicos y fisiológicos que afectan al sistema nervioso. Con los años, el cerebro experimenta una serie de déficits que repercuten en el funcionamiento de las capacidades cognitivas.
Cómo detectar el deterioro cognitivo
A medida que las personas envejecen, aumenta la preocupación por el estado de su memoria y otras funciones cognitivas. Según la Sociedad Española de Neurología, ya afectaba a cerca de 800.000 personas en 2020, una cifra que podría aumentar en los próximos años.
El deterioro cognitivo es una disfunción a nivel cerebral que puede implicar problemas en la memoria, el lenguaje, el pensamiento o el juicio que son más severos que los propios del envejecimiento. Quien lo padece presenta, además, un riesgo superior al de la población general de desarrollar Enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia.
Un diagnóstico precoz permite un mejor abordaje integral de la enfermedad. “La Unidad de Memoria del Instituto de Neurociencias Teknon ha establecido un conjunto de exploraciones que permiten hacer una evaluación integral del deterioro cognitivo, que incluye la exploración neuropsicológica y los marcadores biológicos de la enfermedad de Alzheimer”, explica el doctor Alberto Lleó Bisa, neurólogo del Centro Médico Teknon.
La exploración neuropsicológica
La exploración neuropsicológica es uno de los pilares fundamentales de la detección temprana. Se trata de un proceso integral que permite evaluar el funcionamiento de la memoria y otras habilidades cognitivas de una persona.
Esta evaluación se lleva a cabo por profesionales de la salud, generalmente neuropsicólogos, y también neurólogos, psiquiatras o neuropsiquiatras, con el objetivo de detectar posibles déficits o problemas en áreas específicas de la función cerebral. Estudia, la memoria, la atención y concentración, las funciones ejecutivas, el lenguaje y la comunicación, las habilidades visuoespaciales, la velocidad de procesamiento y las habilidades motoras.
Mediante cuestionarios y tests estandarizados se lleva a cabo un estudio que además de diagnosticar problemas cognitivos de forma precoz, permite evaluar el progreso de la enfermedad.
Marcadores biológicos de Alzheimer
Los marcadores biológicos de Alzheimer en líquido de cefalorraquídeo permiten medir cuatro proteínas en este fluido que indican los cambios biológicos de la enfermedad en estadios muy iniciales. “Para realizar esta prueba es necesario realizar una punción lumbar, que es un procedimiento rutinario en Neurología y bien tolerado. Actualmente, se están investigando marcadores en sangre que pueden dar un resultado similar”, señala el neurólogo del Centro Médico Teknon.
El PET de amiloide, por otro lado, es una prueba de imagen nuclear que permite detectar amiloide en el cerebro de manera muy precoz, y su resultado es similar al que ofrece el líquido cefalorraquídeo. Su realización implica administrar una pequeña dosis de marcador radiactivo precio a la prueba.