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BASF les da una segunda vida de calidad a los residuos plásticos
La empresa química más grande del mundo apuesta por el reciclaje por pirólisis con su proyecto ChemCycling
17 mayo, 2021 00:00En los últimos 50 años, y en especial en las últimas décadas, la producción mundial del plástico se ha disparado. De hecho, aunque la crisis del Covid ha agitado la concienciación medioambiental, se ha observado un incremento en la producción y consumo de material durante 2020, sobre todo el un solo uso. La contaminación por plásticos es uno de los principales problemas ambientales del planeta según el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicado en 2019.
Y aunque se trata de un material útil y beneficioso en muchos aspectos, si no se recicla adecuadamente termina en las vías fluviales y en los océanos a través de los sistemas de drenaje de aguas, lo que tiene efectos desastrosos como las islas de plástico o la destrucción de la biodiversidad. Para conseguir los objetivos de la Agenda 2030, reducir las emisiones a la mitad, se requiere de un firme compromiso en el que todos los actores económicos y sociales deben estar implicados. La industria, por ejemplo, juega un papel clave e incluso podría ser la llave para la reactivación de la economía bajo criterios sostenibles.
El papel fundamental del sector químico
Concretamente, cabe destacar los esfuerzos del sector químico, pues supone una herramienta esencial para el 96% de las cadenas de valor productivas. Alimentación, higiene, medicina, entre otras áreas fundamentales, se ayudan de los avances de este sector para conseguir la neutralidad climática. En este sentido, la estrategia de sostenibilidad de la empresa química BASF se ha convertido en la punta de lanza del nuevo modelo productivo de la química gracias a su innovador proyecto ChemCycling, un proyecto de reciclaje químico para reciclar plástico mediante pirólisis.
Se trata de una técnica que transforma químicamente los residuos plásticos en sustancias que se puedan utilizar como combustible o materia prima. Para conseguirlo, los residuos pasan un proceso químico que supone la descomposición térmica de sustancias cuando éstas se calientan a temperaturas elevadas en una atmósfera inerte, sin oxígeno.
Con ello, la compañía apuesta por la economía circular mediante la reconversión del plástico como pilar fundamental de su hoja de ruta por el medio ambiente. “Gracias a nuestro proyecto Chemcycling, es posible convertir residuos plásticos que hasta ahora suelen terminar en incineradora o vertedero en materia prima para fabricar nuevos plásticos, reduciendo por lo tanto el consumo de recursos fósiles finitos”, explica el director general del Grupo BASF en España, Carles Navarro.
Una nueva vida al plástico
También ofrece una solución a aquellos residuos plásticos para los cuales el reciclaje mecánico no es una opción viable o sostenible, contribuyendo así a cerrar el círculo y creando una economía circular de estos compuestos. “Supone por tanto una alternativa útil para recuperar aquellos residuos plásticos para los cuales el reciclaje mecánico no es una opción viable o sostenible”, señala Navarro.
Así, estos productos fabricados mediante pirólisis tienen la gran ventaja de ofrecer las mismas propiedades que los productos fabricados con recursos fósiles primarios. Navarro indica, en este aspecto, que esta capacidad de convertir los residuos en “partes seguras y de calidad es un gran paso para avanzar en nuestro legado: un futuro sin residuos". Además, según el análisis de evaluación del ciclo de vida (LCA), de la empresa consultora Sphera, tienen una huella de carbono más baja que los productos convencionales.
Los primeros prototipos
Para llevar a cabo este innovador proyecto, BASF ha establecido alianzas con fabricantes como Quantafuel, un especialista en la pirólisis de residuos plásticos mixtos y purificación del aceite resultante un fabricante. También con las empresas Pyrum y New Energy, especializadas en la pirólisis de los neumáticos al final de su vida útil. Así, la empresa utilizará el aceite resultante de los neumáticos al final de su vida útil, junto al aceite procedente de residuos plásticos mixtos para ofrecer a los clientes productos basados en residuos plásticos reciclados por medios químicos a escala comercial.
De hecho, durante la fase piloto de ChemCycling, en 2018, la compañía ya presentó los primeros prototipos clientes de varias industrias, que incluían envases de queso mozzarella, componentes transparentes de refrigeradores y cajas aislantes para aplicaciones sensibles. En 2020, clientes del mercado alemán lanzaron los primeros productos comerciales.
Hacia la descarbonización
En su apuesta por la circularidad y el reciclaje, BASF ya ha reducido sus emisiones de gases invernaderos en un 50% en términos absolutos comparados con los niveles de 1990 –mientras ha doblado el volumen de producción en este mismo periodo.
Además del objetivo de crecimiento neutro de CO2 hasta situarse en línea con la Agenda 2030, la empresa quiere generar alrededor de 22.000 millones de euros en ventas con productos aceleradores en 2025. Estos productos producen una contribución sustancial a la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor.