Pularda

Pularda CANVA

Gastronomía

Es cero turístico, pero se come de lujo en este pueblo de menos de 160 habitantes: "Uno de los platos más destacados es la pularda"

Un municipio donde destaca la carne de proximidad y sin artificios dando lugar a una cocina honesta

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En Sagàs, un municipio diminuto del Berguedà que apenas aparece en los mapas turísticos, la gastronomía es el verdadero centro de gravedad. No hay grandes plazas ni monumentos que justifiquen el desvío, pero sí una forma de comer que resume como pocas la cocina catalana de interior: directa, contundente y basada en el respeto absoluto al producto y a la tradición.

Aquí la mesa se construye a partir de recetas de siempre. Los platos de cuchara tienen un papel protagonista, especialmente, en los meses fríos: escudellas generosas, sopas claras bien desgrasadas y guisos que requieren tiempo y paciencia. Son elaboraciones que no buscan reinterpretaciones modernas, sino reproducir el sabor que durante décadas ha alimentado a las masías de la comarca.

Gastronomía de Sagàs

La carne es otro pilar fundamental. En Sagàs, con tan solo 154 habitantes -según datos del INE 2025-, se come cerdo, cordero y ternera de proximidad, preparados sin artificios: a la brasa, al horno o en estofados largos. El punto de cocción es preciso y el acompañamiento sobrio, con patatas, judías o verduras de temporada. La sensación es la de una cocina honesta, donde nada sobra.

Mención aparte merece el mundo de los embutidos y productos derivados del cerdo, tan arraigados en el Berguedà. Fuets, butifarras y longanizas aparecen tanto como entrantes como integrados en platos calientes. Es una cocina que entiende el aprovechamiento y que mantiene viva una cultura alimentaria profundamente rural.

Los postres caseros cierran la experiencia con la misma lógica: flanes, crema catalana, requesón con miel o bizcochos sencillos. Dulces sin estridencias, pensados para acompañar el café y alargar la sobremesa, que en Sagàs sigue siendo parte esencial del ritual de comer.

Dónde comer

Els Casals, situado en una masía del siglo XVIII en Sagàs (Berguedà), representa una concepción doble de restaurante y proyecto agrícola familiar que ha sabido traducir en la mesa la riqueza productiva de su entorno. La propuesta culinaria parte de una filosofía de terruño y de 'km 0', donde la gran mayoría de los ingredientes -verduras, hortalizas, huevos, leche y derivados, aves de corral, cerdo, setas y trufa- proceden de la propia finca o de explotaciones muy próximas. Este enfoque no solo garantiza frescura y trazabilidad, sino que dota a la cocina de una temporalidad marcada por el ritmo de las estaciones y los ciclos de la naturaleza.

La carta y los menús de degustación -como el 'Petit Menú' o el más extenso 'La Terra'- son un recorrido por lo que la tierra ofrece en cada momento: desde aperitivos delicados que avanzan los sabores locales hasta platos principales que ensalzan productos singulares. La presencia de aves de corral bien tratadas y carnes de cerdo criadas en libertad, así como setas silvestres y trufas cuando la temporada lo permite, reflejan un equilibrio entre tradición y técnica que respeta al máximo las cualidades intrínsecas de cada materia prima.

Uno de los ejemplos más célebres de esta cocina arraigada en el territorio es la pularda, una preparación de ave que se ha convertido en sello del local y que resume el compromiso con los ingredientes propios. La pularda, jugosa y sabrosa, se cocina con precisión para que su sabor se perciba con claridad, sin artificios innecesarios. Además, los menús suelen incorporar otros productos tradicionales catalanes interpretados con cuidado, como embutidos artesanales, piezas de caza de temporada o verduras de la huerta tratadas con técnicas que realzan su frescura natural.