Hablar de Ferran Adrià es referirse a uno de los grandes revolucionarios de la gastronomía española, un chef cuya creatividad marcó un antes y un después en la cocina contemporánea. Sin embargo, detrás de esa figura icónica se encuentra una persona que lleva una vida sorprendentemente sencilla y alejada del artificio culinario que lo hizo famoso.
En su rutina diaria, el cocinero catalán mantiene unos hábitos alimentarios muy alejados de las complejas elaboraciones que caracterizan a sus restaurantes. En casa, apuesta por comidas simples y sin grandes preparaciones, especialmente a la hora del desayuno.
En una entrevista concedida a Ràdio Flaixbac, Adrià reflexionó sobre la generación de chefs que transformó la cocina española y confesó que, desde hace años, procura no comer en su propio hogar. Y cuando lo hace, prefiere recetas básicas que nada tienen que ver con la alta cocina.
El desayuno de Ferran Adrià
Respecto al desayuno, el chef asegura que suele limitarse a café y fruta, ya que no es de quienes ingieren grandes cantidades por la mañana. Eso sí, admite que, como muchos, cuando se aloja en hoteles se permite algún extra. "En los buffets habría que poner una cámara oculta. Es alucinante. Cuando dicen que los cocineros creativos hacemos cosas raras, yo les digo: 'id a un buffet y veréis lo que es raro'", comentaba entre risas.
Durante la conversación también quiso desmentir un hábito que se le atribuyó hace años. Aseguró que: "nunca desayuno huevo frito, aunque reconozco que me encanta". Añadió además que suele acompañar su desayuno con cuatro galletas, un detalle que conecta con otra de sus facetas menos conocidas: la de creador de recetas dulces.
Galletas
La importancia del desayuno
En España, una parte significativa de la población sigue pasando por alto el desayuno o lo realiza de manera insuficiente, un hábito que puede acarrear consecuencias para la salud con el paso del tiempo. Diversas investigaciones apuntan a que comenzar el día con una ingesta adecuada no solo contribuye a prevenir determinadas enfermedades, sino que también mejora el rendimiento cognitivo.
Aunque durante años se ha repetido la idea de que el desayuno es la comida más importante del día -una afirmación que aún genera debate-, existe un consenso generalizado en que este primer aporte energético debería ocupar un lugar destacado dentro de una alimentación equilibrada. Tomarse el tiempo de desayunar correctamente se traduce en beneficios como la activación del metabolismo, la reducción de la ansiedad, un mayor rendimiento físico e intelectual y una mejora del estado de ánimo.
Además, un desayuno saludable ayuda a controlar el peso corporal, siempre que se escojan alimentos adecuados. Los especialistas recomiendan que la primera comida del día aporte, como mínimo, unas 400 calorías, distribuidas de manera equilibrada.
Propiedades del café
El café, consumido como parte del desayuno, aporta una serie de beneficios ampliamente respaldados por fuentes nutricionales. Su contenido en cafeína actúa como estimulante del sistema nervioso central, lo que ayuda a mejorar la concentración, la atención y el rendimiento cognitivo durante las primeras horas del día. Además, es una de las principales fuentes de antioxidantes en la dieta occidental, lo que contribuye a combatir el estrés oxidativo y puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Algunos estudios también señalan que tomar café por la mañana favorece la activación del metabolismo y puede mejorar la sensibilidad a la insulina, siempre que su consumo sea moderado.
No obstante, los nutricionistas recuerdan que no debe considerarse un sustituto del desayuno, sino un complemento. Consumido en exceso o con el estómago vacío, puede provocar efectos secundarios como aumento de la acidez, nerviosismo o alteraciones en los niveles de cortisol -la hormona del estrés-.
Café
