Tras casi 70 años dedicándose al mundo de la interpretación, Lola Herrera es una de las actrices más conocidas y consolidadas del panorama nacional. Actualmente, a sus 90 años, se encuentra trabajando en 'Adictos' su nueva obra teatral en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
Además, es muy recordada por la generación millennial por sus papeles en dos series emblemáticas de finales de los 90 y principios de los 2000. Primero destacó como la encantadora y enérgica Pilar en La casa de los líos (1997-2000), donde compartió pantalla con Arturo Fernández y se ganó un lugar en el corazón de la audiencia juvenil de entonces. Y como no, en Un paso adelante (2002-2005), donde interpretó a Carmen Arranz, la exigente directora de la prestigiosa escuela de artes escénicas.
Los gustos de Lola Herrera
"Me levanto y lo primero que hago es prepararme el desayuno", contaba la actriz, en una entrevista a Cócina Fácil, dejando claro que es muy estricta con su ritual para tomárselo. "Por la noche dejo la mesa puesta, la máquina del café cargada, la tostada de pan preparada para tostarla... Cuando me levanto me encanta verlo todo preparado y no tener más que darle a un botoncito", explicaba Lola Herrera.
"Me gusta tomarme mucho tiempo para desayunar. Aunque tenga que madrugar muchísimo, madrugo un poco más para hacer mi desayuno y todo lo que tenga que hacer con tranquilidad", añadía. Así desvelamos su conexión con la tierra catalana: "Me gusta mucho el pan con tomate, pero para otras horas".
Además, confesaba que: "Si no me olvido, a media mañana tomo una fruta o un yogur. Normalmente, fruta de temporada. En verano es maravilloso porque hay mucha fruta, pero en invierno me suelo tomar un yogur", concluía la actriz.
Lola Herrera
El plato catalán preferido de la actriz
El pan con tomate, conocido en Cataluña como pa amb tomàquet, nace como una receta humilde, en el siglo XIX, entre campesinos para reutilizar el pan duro y hacerlo más sabroso y comestible; gracias al tomate maduro, el aceite de oliva y la sal. Este sencillo gesto de frotar tomate sobre pan representa la esencia de la cocina mediterránea: máxima calidad con mínima elaboración, aprovechamiento de la despensa y sabor puro.
Su sabor y textura resultan irresistibles. La jugosidad y la acidez del tomate fresco humedece el pan, mientras el aceite aporta untuosidad y la sal realza los sabores. A diferencia de la bruschetta italiana donde los tomates van troceados y pueden desbordarse, este plato condensa el tomate en una pulpa sedosa, que se integra perfectamente con el pan, haciéndolo fácil y cómodo de comer.
Además, como desayuno, tapa o acompañante, es ideal por su sencillez y flexibilidad, ya que admite ajo, embutidos o queso, que lo convierten en un comodín cotidiano.
Finalmente, su dimensión cultural y social eleva el pan con tomate más allá de un simple bocado. Se consume, diariamente, en Cataluña y en otras regiones, compartido en la mesa familiar o en bares como ritual de reunión. Representa una identidad colectiva de la dieta mediterránea: productos locales, frescos, con sencillez, con honestidad culinaria y con la capacidad de adaptarse a cualquier momento del día.
Pan con tomate