El bar de carretera que enamora en la Autovía A-7: cerca de Tarragona y con los mejores callos de Cataluña
- El establecimiento culinario, ubicado en un polígono, que ofrece comida tradicional de primera calidad
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Escoger un buen restaurante de carretera es clave para que un viaje largo se convierta en una experiencia más agradable y memorable. En muchos casos, estos lugares son la primera parada después de horas de conducción y pueden marcar la diferencia en como continuamos nuestro trayecto. No solo se trata de comer, sino de tomar un descanso que recargue nuestras energías y nos proporcione un respiro antes de seguir adelante. Por ello, debe ofrecer una combinación de comida sabrosa y reconfortante, un servicio amable y rápido y un ambiente que nos haga sentir cómodos.
Además, un restaurante bien escogido puede ser una verdadera sorpresa culinaria en medio de la ruta. Lejos de los lugares de comida rápida o de las opciones insípidas que podemos encontrar; los establecimientos de carretera suelen ofrecer platos frescos y de calidad.
El bar de carretera de Tarragona
Este restaurante está situado entre la autovía A-7 y la autopista AP-7 a su paso por Tarragona. No solo es conocido por sus famosos callos, que ganaron el premio a los mejores de Cataluña, sino por sus platos de toda la vida. Este no es otro que El Gordo 2, en calle del Sofre, 3-5-7.
Según explica Hule y Mantel, lo regentan los hermanos Dani y Paula donde ofrecen platos de una exquisita gastronomía tradicional, ya sea en menú de mediodía o en raciones. Además, destaca por sus guisos, carrilleras, manitas, morro y por su capipota y, también, por sus espectaculares y contundentes desayunos. Hecho que hace que no te lo puedas perder si pasas cerca de él.
Comida a precio asequible
El restaurante, al estar ubicado en el Polígono Riu Clar de Tarragona, está especializado en ofrecer menús diarios a precios asequibles. Es por eso, que se ha convertido en el punto de encuentro favorito para los trabajadores de las empresas cercanas. Gracias a su espacio acogedor y relajante podrás disfrutar de una pausa que valdrá la pena. El menú, que ofrecen, cambia diariamente e incluye desde los mencionados callos hasta las frescas ensaladas, garantizando una alimentación equilibrada y deliciosa.
La atmósfera es cálida y es ideal para quienes tienen tiempo limitado. Más que un lugar para comer, ofrecen un refugio donde escapar brevemente de la rutina laboral.
No puedes perderte sus desayunos con un gran ambiente y donde la gente
disfruta de las recetas de nuestras abuelas: hechas a fuego lento, que tras muchas horas en la cocina salen unas elaboraciones sin colorantes, ni espesantes, ni potenciadores de sabor. Un manjar como los de antes.