Anabel Torres
Satse Catalunya asegura que es "apolítico", pero la realidad de estos días parece un capítulo perdido de House of Cards en bata blanca. Dimisiones, cambios quirúrgicos en la estructura interna y una purga que no hace falta estetoscopio para diagnosticar: hay un giro político y está generando fiebre en el principal sindicato de enfermería de la región. Y en el centro de ese torbellino aparece Annabel Torres, su secretaria general, cuyo ascenso meteórico ha coincidido, casualmente, con la salida de quienes no comulgaban con el nuevo rumbo.
La renuncia de Víctor Motos, secretario provincial de Barcelona —la plaza fuerte del sindicato— no es un gesto menor. Tampoco lo es la caída de Miguel Ángel González o el ascenso de perfiles abiertamente vinculados al soberanismo como Rosa Maria Famadas. A falta de fonendo, basta un vistazo para ver que las constantes del sindicato han cambiado, y rápido. Llamarlo "reorganización interna" es elegante; "purga preventiva antes de campaña", bastante más exacto.
El problema no es tener una línea política. El problema es negarlo mientras se redibuja el mapa interno de arriba abajo y se desliza el sindicato hacia un espacio que compite directamente con Infermeres de Catalunya, otro actor abiertamente independentista. Si el objetivo es marcar músculo antes de las elecciones del ICS en 2027, el tratamiento aplicado es agresivo: fractura interna, ruido mediático y una sensación creciente de improvisación. Eso sí, todavía están a tiempo de corregir el rumbo antes de las elecciones.