Dana Dunne, CEO de eDreams
La tecnológica eDreams ha vuelto a presentar resultados muy positivos. El resultado neto ajustado creció un 481% hasta septiembre, final del año fiscal, mientras el ebitda ajustado avanzó un 105% en el mismo periodo.
La firma, con sede en Barcelona, parece haber hallado el tono en un entorno tan competitivo como el de la industria de los viajes.
Eso sí, el éxito de la compañía se explica solo por el extraordinario impulso de eDreams Prime. Y este tipo de producto, un modelo agresivo de suscripción para el consumidor, es rayano al saqueo al cliente.
Prime no solo es engañoso a la hora de contratar, sino que es endiabladamente complejo a la hora de darse de baja. Es un modelo lícito, claro está, pero lo que está en duda es su solidez ética.
Si ese es el trampolín del crecimiento de eDreams, el de capturar al cliente con añagazas y no dejarlo ir fácilmente, la tecnológíca debe plantearse muy mucho qué valor real aporta al mercado. ¿Acaso no puede competir con ningún ángulo más, ya sea por precio o valor añadido, para tener que reposar en una suscripción virulenta?