Ignacio Galán, presidente de Iberdrola / IBERDROLA

Ignacio Galán, presidente de Iberdrola / IBERDROLA

Examen a los protagonistas

Ignacio Galán

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Iberdrola ha presentado a los mercados una hoja de ruta que marcará su futuro a largo plazo, para adentrarse ya en la próxima década a través de una senda de crecimiento sostenido y sostenible. Una estrategia que transmite sensaciones clave para que los inversores mantengan la confianza en la energética: predictibilidad, firmeza y seguridad jurídica.

El plan estratégico diseñado bajo el mando de Ignacio Galán confirma el viraje hacia los negocios regulados que la compañía emprendió en los últimos tiempos, una vez desplegada una red de instalaciones renovables desde comienzos del presente siglo que ha convertido a Iberdrola en un referente mundial. 

Con el horizonte 2030, establecido como punto de control para evaluar el avance del proceso de descarbonización de la economía, cada vez más próximo, Iberdrola centrará su vasto esfuerzo inversor en las redes de transporte y distribución de electricidad. Éstas se antojan claves para sostener el imponente incremento de la demanda previsto para los próximos años, derivado tanto de la progresiva electrificación de los procesos productivos y del transporte como del desarrollo de nuevos negocios, como los grandes centros de datos

Al transporte y distribución de electricidad irán a parar dos terceras partes de los 58.000 millones de euros que Iberdrola prevé invertir hasta 2028. Y todo ello, sin renunciar a un ritmo de crecimiento anual cercano al 10% ni a asegurar a sus accionistas la distribución de entre el 65% y el 75% del beneficio neto.

Como ya hiciera en su día con su firme apuesta por las energías limpias, cuando el resto del sector las contemplaba de soslayo, Iberdrola está dispuesta a abrir camino y establecer la senda adecuada para un futuro que ya se confunde con el presente.