Carles Puigdemont EUROPA PRESS Francia
El expresidente de la Generalitat y líder fugado de Junts, Carles Puigdemont, apareció este martes tras un verano muy discreto, donde ni siquiera en X, su medio de expresión habitual, ha dado respuesta a, por ejemplo, si su partido va a seguir apoyando al PSOE tras los casos de corrupción de José Luis Ábalos o Santos Cerdán, el antaño interlocutor con Waterloo, hoy preso.
En el marco de una conferencia en las jornadas nacionalistas de la Universitat Catalana d'Estiu, en el municipio francés de Prada de Coflent, el prófugo ha aprovechado para cargar contra el PP por una serie de llamadas con las que el expresidente asegura que presionaron a los países europeos en manos de gobiernos conservadores para bloquear la oficialidad del catalán en la Unión Europea.
No dijo mucho más. Ni sobre su intención de volver, que sigue retrasándose, ni sobre un partido, el que preside, que sigue en caída libre en las encuestas y sin liderazgos reconocibles más allá de su figura, cada vez más difusa y cuestionada.
Por ahora, la estrategia parece seguir oxigenando al Gobierno de Pedro Sánchez, pero poco más. Junts es un partido alicaído, y a su derecha crece un monstruo decidido a rematarlo.