Jesús María Sánchez, decano del ICAB
Este miércoles, el hasta ahora decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB), Jesús M. Sánchez, se ha despedido públicamente de los medios de comunicación tras una legislatura que pasará a la historia como una de las más comprometidas, discretas y efectivas al frente de la institución.
Bajo su liderazgo, el ICAB no solo ha fortalecido su posición dentro del ecosistema jurídico catalán, sino que se ha consolidado como un actor clave en el debate político y legislativo a nivel estatal. Con Sánchez al frente, el colegio ha impulsado propuestas de ley relevantes y técnicamente solventes —como las relativas a la okupación ilegal o a la multirreincidencia—, que han sido consultadas y valoradas por partidos políticos de todo el espectro ideológico, convirtiendo al ICAB en una voz técnica e independiente al servicio del bien común.
Sánchez ha ejercido su responsabilidad con una mezcla de rigor jurídico, sentido institucional y una notable capacidad de diálogo. Siempre alejado del personalismo, ha preferido poner el foco en el trabajo colectivo, subrayando el papel de todo el equipo del colegio y de la abogacía como pilar del Estado de Derecho.
Bajo su mandato, el ICAB ha reforzado su colaboración con otros colegios de referencia, como el de Madrid, construyendo una red profesional cohesionada, operativa y cooperativa.
Durante su encuentro con la prensa, el ya decano saliente no esquivó el análisis crítico de los retos actuales. Mostró su respaldo a la nueva Ley de Eficiencia Judicial, pero alertó sobre las desigualdades en su aplicación, que están provocando disfunciones que deben corregirse si se quiere avanzar hacia una justicia ágil y descongestionada.
Jesús M. Sánchez deja tras de sí un colegio más sólido, influyente y respetado. Y sobre todo, una forma de ejercer el liderazgo basada en la firmeza tranquila y discreta, la técnica jurídica y la defensa constante del interés general.