Josep Pla, fundador de Avanta Salud, en un acto público

Josep Pla, fundador de Avanta Salud, en un acto público Cedida

Examen a los protagonistas

Josep Pla

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Avanta Salud es una historia de éxito empresarial. Nacida en 2002 como una clínica de psicología, ha crecido gradualmente, en los primeros años, y a ritmo vertiginoso, los últimos. Ha rebasado la cifra de facturación de 130 millones de euros, ha dado entrada a un fondo, y se prepara para la venta. 

Detrás de esa senda gloriosa está Josep Pla. El empresario de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) ex de Chupa-Chups ha levantado un pequeño imperio en el campo de la salud mental y la prevención de riesgos laborales. Ha demostrado que la persistencia y la profesionalidad de un hombre puede armar un coloso que domine parte del mercado y se enfrente a las grandes mutuas. 

Ahora, sin embargo, Pla parece haber encontrado la horma de su zapato. Trata de comprar una de las empresas de José Elías, fundador de Audax Renovables, pero éste se resiste. El intento de adquisición enfrenta a dos empresarios hechos a sí mismos, aunque de punto de partida muy diferente: Pla está enraizado en la burguesía tradicional catalana. Y Elías, en la Cataluña que progresa desde la periferia. 

El lance es una china en el zapato de Avanta. El grupo ha engullido empresa tras empresa sin solución de continuidad desde que dio entrada al fondo de inversión MCH. Hasta ahora no había topado con oposición, y redoblaba en su estrategia de disparar ingresos y beneficio bruto para, finalmente, colocar la empresa al mejor precio. 

Pero la tozudez de Elías ha frenado esa carrera sin --aparente-- fin. Contumaz en su estrategia, el de Badalona ha dicho basta al crecimiento inorgánico del de Sant Cugat. Y ello está dejando una batalla entre empresarios de procedencia diversa en el que el de Sant Cugat no queda muy bien parado.