Leticia Sabater
Salchipapa para todos
Tras el fallecimiento del inolvidable Georgie Dann, la iniciativa de la canción del verano perdió en España gran parte de su fuerza. Sigue habiendo intentos de conservar el fenómeno popular, pero, en general, las cosas ya no son como cuando el gran Georgie (un francés al que nadie conocía en Francia, lo mismo que le pasaba al llorado Walter Torrebruno con su país de origen, Italia) nos informaba cada año de que había llegado el verano con sus hits inmarcesibles (como La barbacoa o ¿Qué será lo que quiere el negro?).
Hasta King África, que tanto prometía en sus inicios, se ha acabado desvaneciendo en el decadente universo de la canción del verano. Menos mal que nos queda la incombustible Leticia Sabater (Barcelona, 1966), que, fiel a su costumbre y al fenómeno que representa, nos acaba de presentar su canción para esta temporada estival: Yo no soy esa mujer, versión de un tema de Paulina Rubio que ya era un remake conceptual del éxito de la difunta Mari Trini Yo no soy esa.
Como es habitual, la canción llega acompañada de un videoclip (el presupuesto ha subido ligeramente con respecto a los anteriores: si éstos parecían haber costado tres pesetas, el de Yo no soy esa mujer puede haber requerido una inversión de casi un duro), tan apabullante en su sencillez como los de La salchipapa o Titi, cómeme el toto.
Con interesantes referencias al sadomasoquismo y al cine de Abel Ferrara, el videoclip de Yo no soy esa mujer empieza en una iglesia en la que una monjita (Leticia Sabater) parece estar hablando con el Altísimo. De repente, Leticia se desprende del hábito (que no hace a la monja) y aparece ataviada con un atuendo coriáceo de despiadada maitresse y estricta dominante. A continuación, ya que va de cuero, se sube a una motocicleta y echa a correr delante de una transparencia. Leticia ha vuelto a cumplir con su misión y nos ha traído su enésima canción del verano, que sin duda sonará a lo grande en fiestas mayores de los pueblos, concentraciones del colectivo LGBTIQ+ y residencias para la tercera edad de toda España.
Leticia Sabater puede parecer un personaje absurdo y probablemente lo es. Ha pasado de amiga de los niños en televisión a aspirante a convertirse en la Madonna española. Ha hecho cosas como reconstruirse el virgo a una edad en la que es imposible convencer a nadie de que se es virgen. Pero como lo hace todo con una inocencia resiliente digna de admiración, hemos acabado convirtiéndola en un querido personaje más del sindiós nacional.
Yo me acabo de enterar de que se acerca el verano gracias a Yo no soy esa mujer. ¡Gracias, Leticia!