Tatxo Benet, presidente y CEO de Mediapro, durante un evento

Tatxo Benet, presidente y CEO de Mediapro, durante un evento Cedida

Examen a los protagonistas

Tatxo Benet

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Grupo Mediapro lidia con la compleja entrega de los servicios de producción de Primera y Segunda división de LaLiga. Por lo pronto, los trabajadores de estas unidades y empresas vinculadas han exigido que el conglomerado audiovisual catalán se siente en la mesa junto a los otros actores vinculados para negociar la subrogación. 

Y atención, porque el personal amenaza con convocar una huelga, si es necesario, llegando a afectar las jornadas de las dos primeras categorías del fútbol nacional. 

El conflicto no es responsabilidad entera de la firma que dirige Tatxo Benet, sino que es compartida. HBS, líder europeo en este segmento, debe velar para la conservación de los puestos de trabajo. Sin embargo, la situación emana de un fracaso, el de la enseña barcelonesa de retener los bloques de LaLiga. Había cinco, y no ganó ninguno. 

La decisión de LaLiga no sólo ha supuesto levantar un lío laboral interno, sino que ha conllevado una erosión de la figura del propio Benet. El accionista mayoritario, Southwind Media, empieza a tener dudas sobre la tenencia del presidente y consejero delegado. No en vano, el contrato de LaLiga suponía una de las mayores fuentes de ingresos en algunas secciones de Mediapro. 

Negro sobre blanco, la enseña navega aguas traicioneras de las que deberá salir. Para ello, tendrá que jugar la baza de líder en su negocio. 

Porque las comparaciones son odiosas: muchos no podrán preguntarse qué está haciendo mal Benet que hiciera bien su exsocio, Jaume Roures, al que despidieron en otoño de 2023. Sea uno u otro, no se trata de una situación placentera para nadie, y menos para la plantilla.